Sonidos que curan

Hace algunos años llegaron a mis manos unos experimentos que Masaru Emoto, Doctor en Medicinas Alternativas por la Universidad Abierta Internacional de la India, había realizado sobre cómo impactan los sonidos en las moléculas de agua. El punto esencial de las teorías de Emoto consiste en que “El pensamiento humano, las palabras, la música, influyen sobre el agua y ésta cambia para mejor. Si el agua lo hace, nosotros que somos 70-80% agua deberíamos comportarnos igual”. Después de todo, las la palabras, el pensamiento y la música no hacen más que emitir frecuencias vibratorias. Los detractores de Emoto califican sus afirmaciones y estudios como “pseudociencia”, sin embargo, el uso del sonido como elemento de curación ha sido utilizado por culturas milenarias, como la tibetana y sus cantos de armónicos. Y la realidad, mal que le pese a una parte de la comunidad ciéntifica, es que la curación por sonido cada vez se practica más en todo el mundo. De hecho, la licenciatura en Musicoterapia existe en buena parte de las universidades . Desde el Sound Healing Center se explica que “la curación de sonido, a través de diversas técnicas y tecnologías, es el uso educado y consciente de la energía del sonido en alcanzar las metas identificadas y promover el bienestar en el sistema humano - incluyendo la expansión de la conciencia-. La curación de sonido se basa en la premisa de que no toda la materia está vibrando a frecuencias específicas. La ciencia ha demostrado que un sonido o vibración tiene un fuerte impacto sobre la sustancia . Por ejemplo, el estudio de Cymatics ha mostrado cómo el sonido crea patrones geométricos en la materia. Sin embargo, más importante aún, el sonido cambia la conciencia .