Adiós a un Héroe Nacional
La nación despide hoy, con respeto y agradecimiento eterno, al general vitalicio Antonio Imbert Barrera, uno de los artífices directos en la gesta que liberó al pueblo dominicano --hace 55 años-- de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, abriendo los cauces de la democracia y la libertad a una sociedad que vivió atrapada por tres décadas en el oscurantismo y la opresión.
No hay muchos hombres corajudos dispuestos a entregarse a una proeza peligrosa y casi suicida como esa, y el general Imbert Barrera, junto a otros pocos compañeros, demostró arrojo al involucrarse en la dirección de una conspiración que no solo buscaba eliminar físicamente al tirano, sino desmantelar toda la estructura de su régimen autocrático, y lo logró, salvando milagrosamente su vida.
Pero la victoria que representó esa arriesgada operación liberadora no estaría exenta, por el resto de sus días, de otros dramáticos episodios que pusieron a prueba la fortaleza de su corazón y el temple de los hombres valientes para resistir otros embates inesperados, como la incertidumbre de su vida en clandestinidad tras la muerte de Trujillo el 30 de mayo de 1961, el violento atentado que sufrió en 1967 y del que salió ileso, y la trágica pérdida de su esposa y su hija Leslie en un accidente de Dominicana de Aviación a poco de salir del país.
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