El “premio del Tercer Reich”
El nombre de Mario Vargas Llosa ha prestigiado a la América Latina con su obra literaria.
Durante más de medio siglo, ha estado vinculado a la vanguardia de la escritura en lengua española, compendiando una prolífica producción de obras de indisputables méritos.
El otorgamiento del Premio Nobel de Literatura, del que han sido merecedores otros grandes de las letras latinoamericanas, enalteció ese talento y puso nueva vez en evidencia la pujanza de los escritores que producen sus obras al sur del Río Bravo.
Por varios años, Listín Diario ha difundido su muy leída columna “Piedra de Toque” con análisis literarios y políticos sociales que se enraizaron en nuestra sociedad.
Además, este ilustre intelectual hizo en la República Dominicana varios proyectos de cine, lo que lo inspiró para escribir su controversial novela “La fiesta del Chivo”, llevada a la gran pantalla por su primo Luis Llosa, con locaciones, personal y técnicos nacionales.
Pero una cosa muy distinta es el Vargas Llosa escritor y otra el pensador que muchas veces no ha encajado en la realidad de este continente, ni en las peculiaridades sociopolíticas de nuestras naciones, impuestas muchas veces por la conveniencia de las potencias extranjeras y la comunidad internacional, en una moderna edición del vasallaje.
El 13 de noviembre de 2013, el pueblo dominicano quedó perplejo e indignado cuando esta gran figura literaria publicó en el periódico español “El país” un artículo que denostaba la soberanía nacional y nos comparaba con las hordas homicidas más abominables que han existido sobre la faz de la tierra: las de los nazis del Tercer Reich de Hitler.
Una parte del referido artículo dice: “La sentencia del Tribunal Constitucional dominicano es una aberración jurídica y parece directamente inspirada en las famosas leyes hitlerianas de los años treinta dictadas por los jueces alemanes nazis para privar de la nacionalidad alemana a los judíos que llevaban muchos años (muchos siglos) avecindados en ese país y eran parte constitutiva de su sociedad...”.
Alguien que escribe así no merece ostentar un premio que lleve el nombre del egregio humanista, escritor y lingüista dominicano Pedro Henríquez Ureña. Aunque sus novelas merezcan el Nobel.