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ENCUENTRO VERDE

Turismo en Pedernales: “22 años dándole el caramelo y quitándoselo”

Impresiones compartidas por el padre Antonio Fernández en el Encuentro Verde de Listín Diario de marzo, sobre el potencial que tiene la provincia de Pedernales y toda la región de Enriquillo para ofrecer un turismo sostenible que beneficie a la comunidad. Esto a partir del decreto 724-20 que creó el Fideicomiso Pro-Pedernales sobre el desarrollo turístico en la región Suroeste. Fernández es el director de la Fundación de Apoyo al Suroeste (Fundasur).

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Antonio FernándezSanto Domingo

¿Sabe lo que es darle gracias a Dios cada vez que te metes en Cabo Rojo, en esa barrera de coral? Nadar entre tortugas, o ver nacer una tortuga retrasada, eso es una chulería. Todo eso que tiene esa zona es para que la gente que venga a Pedernales la disfrute.

En el lago Enriquillo hay una maravilla biológica increíble, corales emergidos o disecados; se secó el mar en esa parte, en ese canal marino, y ahí quedan esos corales. Toda la historia geológica es una maravilla; esa es la memoria de la tierra que está escrita ahí, en la orilla de la carretera de las provincias Independencia y Bahoruco. Eso solo lo he visto aquí. Y eso hay que enseñarlo. Y eso, dentro de un hotel con piscina y bailando dembow y merengue todo el día, no se va a disfrutar, y para disfrutarlo hay que hacer pequeñas inversiones, que se genere riqueza para la gente de la región, que no se genere una riqueza para exportar. Yo entiendo la necesidad de hacer una cosa rápida y, claro, si te ofrecen mil millones, con mil millones se puede producir trabajo rápido pero ese trabajo a quién va a enriquecer, no se trata solamente de la limosna del empleo, hay que darle también la posibilidad a la gente de desarrollar su potencial. Hay muchachos que se han hecho guías, hay un potencial tremendo para que la gente pueda ganar otros ingresos que no sea simplemente hacer camas o servir tragos en un gran hotel. Quizá se necesita algún gran hotel, algunos, pero no tantos. Se necesita potenciar esos pequeños negocios en toda la región. Se puede ir educando a los jóvenes en los liceos, también educando en amar lo suyo, porque la gente cuando conoce lo suyo se siente orgulloso, se siente feliz, y eso es lo que hay que enseñarles, que eso es suyo y que además de disfrutarlo puede vivir de eso, no solamente estar dependiendo de alguien que viene de fuera que cuando se agote el recurso se va a ir, como pasa con la minería; quedarían los huecos y Pedernales ya tiene esa experiencia. Ya vivió por décadas la minería que generó empleos y cuando se acabó la minería se quedaron los hoyos; quedaron unos espacios geológicos interesantes pero una pobreza espantosa y eso es lo que no queremos, que la pobreza venga después, que se pongan en peligro el agua, la biodiversidad… Pedernales está a orillas del mar y el mar para 2050 va a subir más de un metro. Bahía de las Águilas se va a erosionar. O sea, no se puede vivir solamente de Bahía de las Águilas, no se puede vivir siempre solamente de la playa del pueblo. La playita pequeña entre Cabo Rojo y la Cueva de los Pescadores era de arena y desapareció, está sumergida.

22 años dándole el caramelo y quitándoselo

Desde el año 2000 se están dando picazos en Pedernales para inaugurar el turismo. Veintidós años diciéndole a la gente ya llegó la hora de Pedernales. Después cada cuatro años se ratificaba, cada vez que había elecciones se ratificaba. Pero con unas mentiras no piadosas, con unas mentiras despiadadas. Han sido 22 años poniéndole el caramelo en la boca y sacándoselo. Este mismo gobierno lleva ya dos años y pico diciéndolo y todavía son planes. La gente está desesperada y cuando vea algo, va a coger el trabajo, va a coger el dinero que le den por el terreno, pero es que llevan 22 años que la gente ya se ha puesto vieja. A la región no se le ha consultado. Se le ha traído el plan de arriba abajo. La gente de Pedernales dice y cuándo es que nos van a consultar. Ya está en marcha el plan y la gente no lo conocía ni en Pedernales ni en Barahona. Le han traído el traje de novia ya hecho, sin preguntar si le gustaba rosa, azul, verde o blanco”.

Antonio Fernández