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CUMBRE DEL CLIMA

Alojarse durante la COP26, un lujo al alcance de pocos bolsillos

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Guillermo GarridoSanto Domingo

La capacidad hotelera de la región de Glasgow -unas 15.000 habitaciones- se ha visto superada por la demanda de los más de 30.000 delegados de la COP26, obligados a recurrir al prohibitivo alojamiento privado, lo que pone en peligro la participación de algunos de ellos.

“Hemos subido los precios porque podemos, el mercado lo ha permitido”, afirma a Efe Sussy, de la agencia BNB Guru, dedicada a poner a punto alojamientos para Airbnb. “No somos de los que más han subido" los precios, esgrime.

A días del comienzo de la cumbre del clima, la cartera de propiedades que gestiona está al 95 % de ocupación. El precio medio por noche “depende de la propiedad", subraya la portavoz de BNB Guru, pero se sitúa en torno a 500 libras por noche (690 dólares), asegura, una cifra alejada de las 130 libras por persona (180 dólares) que traslada a Efe la plataforma Airbnb, la cual dona sus comisiones a la ONG "Zero Waste Scotland".

“Hay gente que llega a (cobrar) 1.000 libras (1.380 dólares)" por noche, afirma Sussy. Esos anfitriones dejan “vacía su casa durante dos semanas", mientras dura la cumbre, y pueden ganar hasta 24.000 libras (33.100 dólares). "Es una locura, es un evento único. La gente aprovecha", sostiene.

No todos los delegados pasan 14 días en Glasgow. El número de noches por persona varía, aunque la media es de unos nueve días, según la agencia Guru.

Tan Copsey, director de Climate Nexus, una organización que presiona para acabar con las emisiones de gas metano, narra a Efe cómo el propietario de la vivienda que había alquilado para asistir a la cumbre le pidió "pagar una cantidad adicional" de 2.000 dólares.

Hace meses que había abonado 3.000 dólares por su reserva, que fue cancelada al no haber aceptado incrementar esa cantidad.

El dueño de esa vivienda le explicó que los precios han subido un 400 % en su área, por lo que sentía que estaba perdiendo dinero si no ponía su oferta al nivel del mercado, relata Copsey.

El sector hotelero en la comarca de Glasgow absorbe solo a la mitad de los delegados asistentes a la COP26, muchos de los cuales se han visto obligados a alojarse en la capital de Escocia, Edimburgo, a unos 70 kilómetros de Glasgow.

INICIATIVA DE UN "HOTEL HUMANO"

Ante la dificultad de encontrar alojamiento “por una cantidad de dinero asequible (...) en Glasgow, incluso alrededor de Glasgow y las ciudades cercanas”, ha surgido la iniciativa Hotel Humano, explica a Efe su directora, Katherine Jones.

Esta es una muestra “de economía colaborativa”. Se trata de “compartir tu hogar”, “conectar con gente (...) y compartir tus experiencias al asistir a la COP”, describe Jones.

Hay una pequeña cuota “a elección del propietario dependiendo de su renta” para cubrir gastos -aumento del gasto electricidad y desayunos-”, con un máximo de entre 10 y 15 libras al día (entre 14 y 20 dólares aproximadamente). Se evita así “ganar dinero” a costa de los delegados climáticos, explicó.

La “proximidad de la COP y el incremento de los precios en los hoteles” ha multiplicado las localizaciones de Hotel Humano hasta más de mil, al igual que los clientes. Unas 1.100 personas han reservado un total de 5.500 noches, y al menos otras 2.000 personas están en lista de espera.

La plataforma cobija a “una gran variedad de perfiles, como traductores, trabajadores de las delegaciones...”, señala su directora. Su objetivo primordial es “asegurar la asistencia de jóvenes, activistas y participantes de países del Sur con menos recursos”, concluye.

Onjolo Víctor, joven ecologista keniano, ve “comprometida la asistencia debido al alojamiento”, a pesar de haber pagado el vuelo a Glasgow. Su estancia de cinco días supone un desembolso de 3.635 libras (5.000 dólares), cuenta a Efe por videollamada.

Onjolo trabaja por revertir la degradación medioambiental y denuncia que en Kenia “los líderes medioambientales no son conscientes del problema”, no apoyan “iniciativas climáticas ni a activistas”. Al contrario, son “objeto de amenazas o incluso muerte".

Víctor recurre al micromecenazgo para sufragar su estancia y asistir a la COP, a 3.800 kilómetros de distancia. Si no reúne los fondos necesarios, participará "en formato telemático”, siempre que “los problemas de conexión" en su casa se lo permitan, concluye.