ENCUENTRO VERDE
RD necesita profundizar las investigaciones en Microbiología y el intercambio científico
“Como en todo el mundo, la pandemia del Covid-19 ha obligado a poner en práctica la técnica de ensayo y error”, dice el viceministro de Ciencia y Tecnología del Mescyt, Plácido Gómez.
República Dominicana necesita que más profesionales de la Microbiología y de la salud en general se integren a la investigación científica, considera el viceministro de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt), Plácido Gómez. También mejores infraestructuras de investigación, recursos y plazas salarialmente competitivas para los nuevos investigadores.
Son parte de las lecciones que ha dejado el impacto del nuevo coronavirus en el país. Abordado para tratar las propuestas que han presentado al Mescyt varias instituciones de educación superior que investigan sobre el tema, Gómez respondió también otras preguntas acerca de cómo marcha la investigación científica y los desafíos del Covid-19 en el Encuentro Verde de Listín Diario.
¿Qué obstáculos se presentan para que se hagan en el país más y mejores investigaciones? En primer lugar, urge superar el rezago en las capacidades para investigación básica o fundamental, que es decisiva para la aplicada en cualquier área, sea salud, educación, medioambiente, agropecuaria, u otra. Con este propósito, conviene desarrollar programas doctorales bajo los estándares internacionales más altos, lo que requiere contratación de científicos. Para esto último, el país puede desarrollar una política agresiva de atracción de científicos dominicanos que se desempeñan en otros países. A este respecto, se necesita comprender que el nivel doctoral no es un lujo, sino que es esencial para la formación de investigadores y para formar individuos con las competencias requeridas para formular y dirigir proyectos. También, se requiere personal técnico de alto nivel, en capacidad de manejar técnicas y equipos de investigación sofisticados. De igual forma, es urgente fortalecer la infraestructura de investigación, al tiempo de promover los trabajos coordinados entre instituciones nacionales, de modo tal que compartan equipos y experiencias de investigación. A pesar de la inversión que ha hecho el gobierno dominicano desde la primera convocatoria de Fondocyt en el 2005 (y también mediante el FIES), los recursos destinados a la investigación no han crecido en la misma proporción que nuestro Producto Interno Bruto (PIB), lo que hace que sean relativamente insuficientes para financiar mayor cantidad de proyectos de investigación de alto nivel, en comparación con países competidores. Por último, es de enorme importancia el acceso a literatura científica del más alto nivel (acceso abierto o pagado), asunto al que se da respuesta desde el Mescyt, con la creación del Portal Web Dominicano de Información Científica, Tecnológica y Humanística, impulsado por el Programa Republica Digital lanzado por el gobierno del presidente Danilo Medina.
¿Cómo marcha República Dominicana en materia de investigación en disciplinas de ciencia como la Microbiología y la investigación médica?
Aunque ha habido avances significativos, es necesario multiplicar los esfuerzos para superar rezagos en materia de investigación. Necesitamos atraer a más profesionales de la Microbiología, y de la salud en general, a integrarse a la investigación científica. También, asegurar plazas salarialmente competitivas para jóvenes que han finalizado o están finalizando su formación doctoral en esas áreas.
¿Qué reflexiones nos deja la pandemia del nuevo coronavirus en términos de nuestros esfuerzos actuales en el campo de la investigación en áreas del saber que quizás son poco conocidas como la Microbiología o Virología?
Como en todo el mundo, esta pandemia ha obligado a poner en práctica la técnica de ensayo y error. La cantidad de afectados refleja conflictos de visión en la que las instancias políticas de dirección (no solo en referencia a los gobiernos, sino también hay que incluir empresarios, sindicatos y tomadores oficiales de decisiones) y científicas difieren en torno a las medidas de sanidad. Hay que reflexionar en torno a las lecciones aprendidas, en particular porque el país requiere de mayor y mejor infraestructura de investigación, que permita la transferencia tecnológica e investigación que conduzca a logros asociados a mayor intensidad de conocimiento, como la producción de vacunas, por ejemplo. Es imprescindible que se trabaje más de cerca con la única escuela de microbiología y parasitología que tiene el país, en la UASD, que haya más trabajo colaborativo entre LABO-UASD, IMPA y la Escuela de Microbiología y Parasitología de la UASD, el Laboratorio Nacional Dr. Defilló, el Laboratorio Veterinario Central, el IIBI y laboratorios privados, de manera que se profundicen tanto las investigaciones en microbiología como el intercambio científico. Algunos investigadores han sugerido que se cree un Instituto Dominicano de Microbiología, dedicado a estudiar la caracterización molecular de los microrganismos (filogenias, biogeografía, ecología (metagenómica), genómica, proteómica y metabolómica). Este sería un paso estratégico clave como país para afrontar todas las amenazas a la salud humana y del agro, y es una idea que se pondera seriamente desde el Viceministerio de Ciencia y tecnología del Mescyt.
El biólogo Sixto J. Incháustegui dijo a LD que usted “ha propuesto a investigadores de varias disciplinas y universidades conformar un equipo interinstitucional e interdisciplinario para analizar opciones de cómo seguir al corto, mediano y largo plazo” luego de la pandemia. ¿Cuáles son sus propuestas?
Ciertamente, estamos convencidos de que las crisis crean oportunidades para avanzar, y que nosotros los dominicanos estamos dotados de una enorme resiliencia. Nuestro himno nacional proclama la condición de indómita y brava de nuestra patria. Por lo tanto, esta epidemia local, que llega luego de haberse expandido un virus con orígenes externos, debe convertirse en oportunidad de crecimiento y desarrollo, lo cual exige acción racional. Por un lado, se ha concebido y lanzado el Programa de Soluciones Tecnológicas Creativas, bajo el cual varias universidades crearán programas de innovación y otras fortalecerán los existentes, al tiempo de dinamizar la vinculación del sector conocimiento con el sector productor de bienes y servicios. Además, hemos ido conformando una especie de “think tank”, un colectivo de expertos científicos, que, desde una óptica interdisciplinaria, estamos analizando diferentes aspectos relacionados a periodos de crisis y sus consecuencias. Ya un grupo de científicos del sector agroalimentario tiene resultados preliminares de análisis en torno a cadenas agroalimentarias relativas a rubros de consumo nacional, siendo este ejercicio esencial ante la alta posibilidad de que la presente crisis sanitaria conduzca a crisis de seguridad alimentaria, en las cadenas de suministro de insumos o en las exportaciones. Urge establecer el impacto de la pandemia COVID-19 sobre las cadenas agroalimentarias prioritarias en República Dominicana; se debe hacer un diagnóstico de la situación agroalimentaria nacional, regional y mundial (especialmente de los países socios; e identificar y proponer acciones de carácter técnico-económico-social de respuesta inmediata para mitigar el impacto, y para adaptar los sistemas de producción a la nueva situación futura de los sectores productivos y educativos. A fin de avanzar y producir recomendaciones, basadas en evidencias científicas, estamos organizando el simposio “Investigación y Soluciones Científicas Aplicadas a Periodos de Crisis: Seguridad Alimentaria, Salud, Educación, Medioambiente y Economía”. Se trata de un foro interdisciplinario, con miras a aportar soluciones basadas en evidencia científica, fruto del análisis y debate en torno a resultados de investigaciones científicas asociadas a diferentes aspectos de los efectos de los periodos de crisis, originados por epidemias u otros fenómenos naturales o sociales, sobre la seguridad alimentaria, la salud, el medioambiente, educación y economía, así como diagnosticar el estado de situación en cada uno de estos sectores. También, se analizará la relación existente entre los grandes impactos ambientales globales y las enfermedades emergentes, tomando el caso SARS-COV-2 y COVID-19 como base. Además, se hará un análisis de las capacidades e infraestructura nacionales para conducir investigación en salud, con miras a fortalecerlas, focalizando en técnicas de detección de agentes causales de afecciones virales, prevención, atención, seguimiento, y hasta estudios biomoleculares y producción de vacunas. En cuanto a educación, se hará énfasis en la educación a distancia y virtual, analizando resultados de la investigación en educación científica sobre el diseño e implantación de currículo con contenido virtual, al tiempo de analizar la efectividad de las tecnologías digitales sobre el aprendizaje. Se gestiona la participación de expertos de organismos internacionales, como la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (CEPAL) y la Comisión de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la ONU; y se espera que las soluciones y recomendaciones sean útiles en la definición de políticas y puesta en vigencia de estrategias que permitan atender situaciones adversas vinculadas a periodos de crisis, así como evitar o mitigar daños. En encuentro reunirá de manera virtual a investigadores, nacionales e internacionales, de trayectoria reconocida en diversas áreas científicas y tecnológicas, quienes serán invitados a proponer soluciones para los sectores identificados, basadas en evidencia científica. A partir del análisis realizado, se entregará a la sociedad un conjunto de recomendaciones, a corto, mediano y largo plazo, que sirvan de insumo para la definición de políticas y estrategias para responder a la emergencia de crisis similares a la actual.
IMPRESIONES
Yvonne Arias, bióloga, coordinadora del Encuentro Verde: “Es urgente que el Estado dominicano considere la investigación científica tecnológica como una prioridad; de lo contrario, estaríamos condenados a vivir a oscuras y a buscar soluciones a tientas. La investigación científica no es un hobby. Es la garantía de salir de la pobreza material e intelectual. La inversión en personal calificado de alto nivel y en infraestructura adecuada es el incentivo que necesitan los investigadores dominicanos que ya tienen la disposición de apoyar, de buscar soluciones, que ya son solidarios y que lo único que les falta es tener incentivos para seguir adelante”.