Vida Verde

ENCUENTRO VERDE

La salud del medio ambiente y su impacto en la salud humana

“El mundo no está cambiando. El mundo ya cambió. Por tanto, tenemos que adaptarnos a la nueva realidad”, dice el biólogo dominicano Sixto J. Incháustegui.

La crisis sanitaria causada por la pandemia del nuevo coronavirus ha puesto en primer plano el tema de la salud humana y su vulnerabilidad ante los efectos de la crisis ambiental.

De esa relación entre la salud de los ecosistemas y el bienestar de las personas, sobre todo de cómo el último depende tanto de la primera, responde unas preguntas para el Encuentro Verde de Listín Diario don Sixto J. Incháustegui, biólogo dominicano con muchos años de experiencia en el mundo académico, la investigación y la conservación.

¿Cómo impacta la pérdida de los recursos naturales y el cambio climático la salud y la calidad de vida del ser humano?

Muchos pueblos consumen animales silvestres desde hace siglos, ¿por qué es tan apremiante la alerta y la advertencia de su consumo ahora?

No hace mucho leí los resultados sobre investigaciones realizadas en un país del norte de Europa que señalaba que se había encontrado una correlación entre el incremento de las alergias y el empobrecimiento de la diversidad biológica, y que las personas que vivían o tenían más contacto con bosques nativos sufrían de menos alergias, sobre todo respiratorias. ¿Por qué? Porque en la medida que se empobrece el ecosistema se empobrece la diversidad de agentes alérgenos, como pólenes y hongos, entre otros. Cuando son muy diversos, estamos expuestos a una diversidad de los mismos, pero en menores cantidades, lo que reduce la posibilidad de desarrollar alergias a algunos de ellos. La reducción de la diversidad biológica lleva al predominio de unas pocas especies, tanto macro como micro, pone en contacto cotidiano con una menor cantidad de potenciales alérgenos, pero en mucho mayores cantidades.

Entonces, ¿qué pasa con los virus? Los virus son agentes acelulares infecciosos conformados por material genético que existen desde el comienzo de la vida misma. Para reproducirse tienen que invadir células vivas. En la actualidad se conocen cerca de 5,000 virus diferentes, aunque se estima que en realidad puede haber millones de ellos. Hay una gran diversidad que se asociación a casi todos los seres vivientes.

Las enfermedades virales, microbianas o de otros orígenes tienen, entre otras funciones, la de regular las poblaciones de seres vivos y el equilibrio de los ecosistemas donde se encuentran. En ecosistemas en equilibrio, con gran diversidad biológica, estos también se mantienen en equilibrio, lo cual reduce grandemente la posibilidad de epidemias. Los cambios ambientales, naturales o producidos por los humanos también cambian la forma en que el ecosistema, sus especies y los humanos nos relacionamos con las enfermedades y sus distintos vectores. Los grandes cambios en el medio ambiente han alterado la ecología de las enfermedades.

Háblenos sobre la importancia de la vinculación de los países con la Agenda Ambiental Global para el manejo de crisis de salud.

El 2020 prometía ser un año icónico para la agenda ambiental global. Luego de los informes del IPCC sobre cambio climático y del IPBES sobre la biodiversidad, importantes eventos globales ambientales programados para el 2020 han tenido que ser postergados. La 15ava. Reunión (COP 15) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) estaba programada para realizarse en octubre de este 2020 en Kunming, China, la cual, evidentemente, ha sido pospuesta. Luego de haber entrado en vigencia en el 1993 se acordó una estrategia global sobre la biodiversidad, con el propósito de reducir, mitigar y/o restablecer la pérdida de la diversidad biológica en el planeta y cada uno de los países partes de la convención. Para ello, cada país parte debería desarrollar su propia estrategia nacional. Los avances alcanzados deberían revisarse en la COP 10, celebrada en el año 2010 en Aichi, Japón. Lamentablemente se vio que no se había avanzado como se esperaba, y que más bien el deterioro seguía en aumento. Se desarrolló entonces una segunda estrategia global, con 20 metas, las llamadas Metas de Aichi. De nuevo, cada país debería actualizar o reformular su estrategia nacional en concordancia con estas metas. El marco temporal establecido fue hasta el 2020, de manera que en la COP 15 se revisarían los avances globales y se establecerían nuevos acuerdos, los llamados acuerdos post 2020. El nuevo marco temporal será 2021 – 2030, en consonancia con el marco temporal de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La situación global de la biodiversidad es crítica, y se hace imperativo acordar nuevas acciones que puedan conllevar a soluciones más efectivas.

De igual manera, la COP 26 sobre cambio climático, que se celebraría en noviembre en Glasgow, Inglaterra, también ha sido pospuesta. Muy importante reunión de las conferencias de la partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

La Agenda 2030 sobre desarrollo sostenible incluye los llamados “Objetivos Planeta” en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estos incluyen los ODS 6, 12, 13, 14 y 15:

• Objetivo 6: Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos

• Objetivo 12: Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles

• Objetivo 13: Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos

• Objetivo 14: Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible

• Objetivo 15: Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad

Para cada uno de estos ODS hay una serie de metas con sus respectivos indicadores para medir el avance hacia las mismas. Los indicadores para los cuales menos se ha avanzado, tanto a nivel global como nacional, son precisamente los de los ODS Planeta, en particular los ODS 14 y ODS 15. La República Dominicana es país parte tanto de la convención sobre la diversidad biológica, como la convención sobre cambio climático, y es signataria de la Agenda 2030.

La pandemia está, pues, teniendo un gran impacto sobre la ya urgente agenda ambiental global, y sus respectivas acciones en el nivel nacional. No solamente por la posposición de las grandes reuniones globales, sino también por la paralización o ralentización de las acciones necesarias para avanzar en las metas establecidas y necesarias. Esto está conllevando paralización y/o disminución de los fondos internacionales y nacionales disponibles para ello. Es muy importante que los países, dentro del marco de las posibilidades de la vivencia actual, mantengan el apoyo a las agendas globales y nacionales sobre el medio ambiente.

¿Qué papel están jugando instituciones como UICN, BirdLife International y las ONG nacionales en la conservación de los recursos naturales?

Las ONG ambientales juegan un papel muy importante en la conservación y manejo sostenible de los recursos naturales y la biodiversidad. Se puede distinguir entre las grandes ONG internacionales y las ONG nacionales.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), de la cual en estos momentos formo parte del Consejo Mundial, es la organización de esta naturaleza más grande y más antigua, fundada en 1948. Formula su Plan de Trabajo cuatrienal, el cual se aprueba por los miembros en los Congresos Mundiales, que se celebran cada 4 años. El Congreso Mundial 2020, para el cual se esperaba la participación de 10 a 12 mil personas, estaba programado para celebrase en Marsella, Francia, en junio de este año. El mismo ha sido pospuesto para principios del 2021. En el mismo se espera aprobar una serie de resoluciones importantes relacionadas con el estado de la diversidad biológica y el medio ambiente en general. La UICN ha jugado un rol importante en el desarrollo de convenciones y acuerdos sobre la diversidad biológica, como la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) y el desarrollo de la metodología y bases de datos de Listas Rojas de Especies Amenazadas, hoy día instrumento universal para las evaluaciones de impacto ambiental, y determinación de políticas y legislaciones tanto en el sector gubernamental como en el sector privado. Las contribuciones de la UICN son muy extensas y se han extendido a lo largo de más de 70 años por todo el mundo. Otra importante organización global es BirdLife International. Su esfuerzo principal es la conservación de las aves en todo el planeta, pero junto a estas sus hábitats y la biodiversidad global y la sostenibilidad en el uso de los recursos naturales. En la actualidad está conformada por 121 socios en todo el mundo. Actualmente la organización se mantiene activa, trabajando virtual y presencialmente donde es posible. Ha trabajado mucho en el combate al tráfico ilegal de vida silvestre, vinculado con el potencial desarrollo de nuevas enfermedades para los humanos. Así también, en temas de educación y concienciación sobre biodiversidad y salud. Las ONG nacionales han jugado un importante rol para la conservación, sobre todo en los últimos decenios. El trabajo de las mismas complementa y apoya el trabajo de las instituciones gubernamentales, como el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. La labor es muy amplia, y no puede ser completada por ninguna de las instituciones por si solas. Tienen la fortaleza, la mayoría de ellas, de la continuidad a mediano y largo plazo. Desempeñan una función muy importante en la defensoría del medio ambiente, cuando ha sido necesario, como en el caso de Bahía de las Águilas y la propuesta de instalar una cementera de Los Haitises. El Grupo Jaragua, organización a la que pertenezco, como miembro fundador, tiene su mayor fortaleza en el trabajo con especies en peligro, bosques y ecosistemas naturales. Algunas de las organizaciones nacionales forman parte del Consorcio Ambiental Dominicano (CAD). También existe el Comité Nacional de la UICN, el cual a su vez forma parte del Comité Regional del Caribe de la UICN.

¿Qué recomendaciones sugiere tomar en cuenta para mejorar la participación gubernamental y ciudadana en la conservación de los recursos naturales y mejorar la salud y calidad de vida?

Vivimos en la era de la tecnología de la información (IT por su siglas en inglés), lo cual es muy bueno, pero como todas las cosas tiene también sus limitaciones. Hace falta todavía mucha educación ciudadana para entender estos procesos relacionados con la biodiversidad, el cambio climático, el medio ambiente y la salud. De la misma manera que la tecnología nos pone al alcance mucha y muy buena información, así mismo nos pone mucha información incorrecta y falsa. Es muy importante educar para el pensamiento crítico y análisis de las informaciones. No todo lo que vemos en las redes es cierto. Al mismo tiempo, esta misma tecnología nos permite estar informado en tiempo real. Casi cualquier ciudadano tiene un teléfono celular con cámara, que le permite tomas fotos, videos y enviar mensajes, de manera que pueda hacer reportes de eventos ambientales que observe, o de daños e infracciones, para lo cual hay ya diferentes instancias gubernamentales y privadas. Igualmente, como he señalado anteriormente, la realización de sobrevuelos sobre las áreas protegidas complementado con el uso de drones, puede ser de mucha importancia para mantener la vigilancia y reconocimiento de cualquier anomalía que se presentara. Lo más importante bajo esta circunstancia es mantenerse alertas ante cualquier situación de impacto que se pudiera producir sobre los recursos naturales y la biodiversidad, para poder denunciarlo ante las instancias correspondientes. Con frecuencia, cuando se presentan situaciones como esta, que conllevan a bajar la presencia y vigilancia en las áreas protegidas y otras áreas, pueden surgir personas que traten de aprovechar las circunstancias. La vida nos está enseñando, lamentablemente de una manera muy dura, que la salud de nosotros depende muy estrechamente de la salud de los ecosistemas y el medio ambiente.

Una vez controlada la pandemia del coronavirus, ¿qué sigue? ¿Cuál sería la primera medida ambiental que le propone adoptar a las autoridades?

El Foro Económico Mundial ha reconocido que el incremento de las epidemias durante las últimas décadas está vinculado a la pérdida de la diversidad biológica y el cambio climático. La deforestación se ha vinculado al 31% de las epidemias, incluyendo el ébola y el zika. El Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos estima que al menos las tres cuartas partes de las nuevas enfermedades emergentes que infectan a los humanos se han originado en animales. Kate Jones, directora de ecología y biodiversidad en el University College de Londres considera que las enfermedades infecciosas emergentes transmitidas por animales cada vez más se convierten en una muy significante amenaza para la salud global, la seguridad y la economía. Ya en el 2012 David Quammen escribió su libro “Derrame: infecciones animales y la próxima pandemia humana” en el cual trata sobre el origen animal de las recientes enfermedades humanas emergentes. Este es considerado entre los mejores diez libros de ciencia del año de su publicación.

Brian Bird, virólogo de la escuela de medicina veterinaria One Health de la Universidad de California en Davis ha dicho: “Estamos en una era de emergencia crónica. Es más probable que las enfermedades viajen más lejos y más rápido que antes, lo que significa que debemos ser más rápidos en nuestras respuestas. Necesita inversiones, cambios en el comportamiento humano, y significa que debemos escuchar a las personas a nivel comunitario. No podemos predecir de dónde vendrá la próxima pandemia, por lo que necesitamos planes de mitigación para tener en cuenta los peores escenarios posibles. Lo único seguro es que seguramente llegará el próximo”. Entonces, ¿qué hacer? Considero muy importante que estas informaciones se diseminen entre la ciudadanía. No con el propósito de atemorizar en momentos tan críticos como el que vivimos, pero sí para estar debidamente informados. No se trata de adivinos, ni de videntes, ni nada por el estilo. Se basa en predicciones probables basadas en el conocimiento científico. El mundo no está cambiando. El mundo ya cambió. Por tanto, tenemos que adaptarnos a la nueva realidad.

Después de la crisis debemos redoblar nuestros esfuerzos para conservar más nuestra todavía rica diversidad biológica, los bosques naturales que aún nos quedan, fortalecer más nuestras áreas protegidas, fortalecer los mecanismos de realización y seguimiento a las evaluaciones de impacto ambiental. A la formación de más profesionales y a mas educación ciudadana. Entender que la biodiversidad y los recursos naturales no son ilimitados. Que no los podemos utilizar insosteniblemente sin esperar consecuencias. El doctor Plácido Gómez, viceministro de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología ha propuesto a investigadores de varias disciplinas y universidades conformar un equipo interinstitucional e interdisciplinario para analizar opciones de cómo seguir al corto, mediano y largo plazo. Cuando leemos toda la información científica que se produce en torno al tema de la pandemia, podemos ver que el número de especialistas que están aportando es muy diverso. Así mismo, que están surgiendo nuevas disciplinas académica y de investigación, como es la Salud Planetaria, que analiza los vínculos entre la salud humana y la del ecosistema. Es notoria la participación de biólogos, microbiólogos, genetistas, veterinarios, ecólogos y matemáticos, además de los profesionales más directamente del campo de la salud humana. Consideramos que esta iniciativa tiene el potencial de organizarse en un grupo abierto, que incluya investigadores e instituciones que deseen participar. Hacer un cuidadoso análisis de la capacidad nacional para enfrentar pandemias, identificar las fortalezas y debilidades, y actuar en consonancia. Formular una Estrategia Nacional para Enfrentar Enfermedades Emergentes, Epidemias y Pandemias. La tarea es ardua, no es para instituciones o personas aisladas. Los países de ahora en adelante deben tener instancias especializadas en control y mitigación de pandemias. No perdamos tiempo.

La doctora Delia Grace, epidemióloga y veterinaria del Instituto Internacional de Investigación Ganadera, con sede en Nairobi, Kenia, nos hace reflexionar sobre los llamados “mercados húmedos”, mercados al aire libre donde se vende entre otras cosas animales y carne de animales de la vida silvestre. Nos dice que estos son fuentes esenciales de alimentos para cientos de millones de personas pobres, y deshacerse de ellos es imposible. Las prohibiciones obligan a operar clandestinamente lo que conllevaría a que se pueda prestar menos atención a la higiene.

Nos parecería poco probable que algunas de las nuevas enfermedades emergentes se origen en nuestro país o cerca de nosotros. Los países tropicales asiáticos y africanos parecen reunir más condiciones culturales y ambientales propicias para ello. Sin embargo, no estamos exentos. Además, dada la globalización en la cual vivimos, con las facilidades y rapidez del transporte planetario, no importa dónde surja una epidemia. Estamos viendo lo rápido que puede viajar. Estamos advertidos. Vivimos ya en el mundo de las enfermedades y pandemias emergentes. Actuemos en consecuencia.

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PERFIL. Sixto J. Incháustegui es miembro fundador del Grupo Jaragua, asesor del Viceministerio de Ciencia y Tecnología del MESCYT, miembro del Consejo Mundial de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en representación del Caribe y miembro de la Comisión de Áreas Protegidas y de la Comisión de Supervivencia de Especies.