Vida Verde

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Manglares: laboratorio natural, refugio para especies y barrera contra desastres

Andrea Thomen, bióloga e investigadora del Grupo Jaragua, conversa con Listín Diario sobre los servicios que ofrecen los manglares y las principales amenazas que enfrentan estos bosques anfibios en República Dominicana

¿Sabías que todas las provincias costeras de República Dominicana (16) cuentan con algún área cubierta de mangles? 

Al hacer la observación, la bióloga, investigadora y educadora Andrea Thomen también señala que lamentablemente estos ecosistemas costeros marinos, hábitat y refugio para muchas especies endémicas, nativas y migratorias, se encuentran disgregados y amenazados.

Comenta, por ejemplo, que muchos de los servicios que se asocian a los bosques forestales terrestres aplican también para el bosque de mangles, especies únicas de gran resistencia a la salinidad y a las inundaciones y una de las unidades ecológicas más productivas del mundo. 

“El manglar sirve de refugio para muchas especies marinas y costeras. Es un criadero vivo de aguas tranquilas donde los peces pequeños se refugian contra depredadores”, destaca. 

Sirven también como anidamiento y dormidero de aves, para especies del arrecife de coral y para otras que habitan a kilómetros de distancia. Cangrejos, almejas, ostras y jicoteas usan todo este ecosistema como hábitat y fuente de alimento. 

“Los manglares nos protegen contra inundaciones y marejadas y son una barrera contra el viento durante tormentas y huracanes”, apunta Thomen. Eso sí, para que el manglar brinde todos estos servicios debe estar sano, comenta.

CARBONO AZUL

Hasta hace una década, no se tenía del todo claro el papel que jugaban los manglares en la captación de dióxido de carbono (CO2).

No si se le comparaba con los bosques forestales terrestres, especialmente los bosques de montaña y latifoliados muy deterioradas como las del Parque Nacional Cotubanamá) y con ello proteger también la fauna asociada al ecosistema.

“Se hacían estudios sobre cuánto CO2 puede capturar el manglar en su biomasa, pero no se habían estudiado bien el suelo y los sedimentos debajo de la biomasa del árbol vivo”, explica Thomen.

Los resultados de investigaciones realizadas entre 2009 y 2011 por el Centro para la Investigación Forestal Internacional y el Servicio Forestal de Estados Unidos precisaron que, bajo la superficie del agua, el mangle captura mucho más CO2 (alrededor de un 5 ciento) que en la biomasa aérea.

“Por eso surgió la iniciativa del carbono azul, porque se dieron cuenta que no solo los manglares, sino también las praderas marinas y marismas, pueden atrapar de dos a cuatro veces más CO2 que los ecosistemas forestales terrestres”, explica Thomen. 

En República Dominicana, algunos estudios se han enfocado en aportar datos sobre la distribución y los servicios que ofrecen.

De acuerdo con el Atlas de Biodiversidad y Recursos Naturales de República Dominicana (2011), el ecosistema de manglar nuestro ocupa 294 kilómetros cuadrados.

Los cuatro mayores parches están ubicados en la costa de Montecristi, en Los Haitises, en el Parque Nacional Cotubanamá y en Parque Nacional Jaragua.

Muchas amenazas

Pese a que todas las provincias costeras y cuatro del interior tienen algún porcentaje importante de ecosistema de manglar, hay un problema de conectividad y de condición ecológica del estado del mangle, dice Thomen.

“A veces son parchecitos, bien separados, y es lo mismo que pasa con los bosques terrestres: están presentes, pero si están separados no pueden cumplir su función y su papel ecológico en el caso de inundaciones”.

Las principales amenazas que enfrentan siguen siendo la extracción de mangles para madera y carbón y para cambiar el uso de suelo. Una tendencia en boga, resalta Thomen, es la siembra de cocos.

“Hemos visto en Samaná que han sido cortados parches de mangles que estaban restaurándose para hacer conucos de cocos para suplir el sector turístico”.

Sobre la extracción de madera, indica que aunque sea para uso artesanal no es recomendable, porque las cuatro especies de mangles presentes en el país se encuentran en la Lista Roja de la flora amenazada y estos ecosistemas gozan de protección especial.

Otra amenaza es el secado y dragado del manglar simplemente para removerlo o para construir encima carreteras o infraestructuras turísticas. Y otro peligro es la extracción no sostenible de especies asociadas al manglar, como jicoteas, almejas y cangrejos, así como la captura de flamencos y cacería de aves.

Manglares en República Dominicana.