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VIDA VERDE

“En República Dominicana podemos sacarle más provecho a los dátiles”

Lo dice doña Rita, la guardiana de las frutas en extinción, quien desde hace ocho años los cultiva con éxito en la estancia El Higüero

En la industria, como planta ornamental o para consumo familiar, doña Rita considera que el país puede sacarle mucho provecho al cultivo de dátiles.

En la industria, como planta ornamental o para consumo familiar, doña Rita considera que el país puede sacarle mucho provecho al cultivo de dátiles.

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Yaniris LópezNajayo Arriba, San Cristóbal

En la finca de doña Rita Montás Domínguez crecen todo tipo de árboles frutales: más de 200 variedades de especies tanto endémicas y nativas de La Española como exóticas.

Los cultiva desde hace más de 40 años porque se considera una agricultora de corazón y le da apuros que muchas de las frutas nuestras estén en peligro de extinción.

Hace ocho años probó con los dátiles. “A mi mamá le gustaban mucho. Yo no los comía porque me parecían cucarachas. Entonces alguien me dijo que no puedo ser así, que los probara. Al igual que los higos secos, los probé y me dije ‘caray, esto sabe bien, es muy dulce’. Además, es de clima seco, a veces de un poquito de frío”.

Plantó 42 semillas que le trajeron de Miami que a su vez provenían de California, “de los dátiles más grandes”, recuerda que le dijeron. Germinaron 41 semillas. Le sorprendió que lo hicieron muy pronto y que fuera tan fácil cultivarlos.

Un fruto muy dulce

Doña Rita comparte con los lectores la historia de su producción de dátiles porque le interesa que la gente los siembre como planta ornamental o para consumo.

El dátil tiene propiedades antioxidantes, es rico en calcio y puede consumirse fresco o deshidratado. Por su textura y riqueza en azúcares, es usado como alimento complementario en panaderías y dulcerías.

“Es muy fácil cultivarlo, pero aquí en el país casi no se consume porque no se conocía y porque casi no hay”, explica Rita al Listín Diario. “Podemos sacarle más provecho porque es muy nutritivo, en especial para las mujeres que pasan de los 40 años, por sus beneficios a la salud. Además, una mata pare demasiados dátiles”.

¿Cuánto tarda una planta en producir? Llevándome de los libros, que dicen que es una planta del desierto que no necesita casi agua, que no necesita casi cuido, las sembré y las dejé a las buenas de Dios, pero regalé algunas a una amiga de mi hijo más pequeño que a su vez se la dio a un hermano que siembra mucho, y él las sembró en el jardín de su casa; echándole él mucho abono y mucha agua parieron antes de los cuatro años. Generalmente paren a los seis.

¿Cuántos dátiles pare una sola planta por cosecha? Muchísimos, cientos. La mata que más me parió este año echó nueve racimos. Algunos no fructificaron bien porque llovió un poco en ese tiempo. De los siete que cargaron saqué más de seis mil semillas.

¿Qué hace con ellas? ¿Las vende? Ahora mismo tengo muchas plántulas disponibles. De venderlas cualquiera las vende, pero pasa lo mismo que otras clases de frutas, que necesitan macho y hembra para germinar. Eso significa que hay que plantar dos o tres, con la suerte de que ojalá dos sean hembras y una macho. Usted coge el penacho de la planta, lo corta cuando sabe que es macho y lo frota varias veces dentro del ramo del penacho de la hembra y ahí queda hecha la sexualidad.

¿Cómo saber si la planta es macho o hembra? Hay gente que las conoce desde que las mira, enseguida. Pero dice Elvira (empleada de doña Rita que sabe mucho de matas) que una tiene las espinas más largas y que las flores son diferentes: más grandes y oscuras las de los machos. En el camino es que una se va dando cuenta de esas cosas.

¿Y cómo reproducirlas? Cuando el dátil gotea, cuando está maduro (aquí hay un problema, y es que las hormigas lo atacan mucho porque es muy dulce), dejo que los que tienen muchas magulladuras se pudran. Entonces saco las semillas, las lavo (porque si las siembro así se las comen los insectos), después de lavarlas bien las seco, las pongo de nuevo en agua, en remojo, uno o dos días, y luego las siembro. Brotan enseguida. El dátil necesita cuidados porque es una palmera y aquí en el trópico están saliendo los catarrones, una especie de escarabajo, un insecto que se mete debajo de la tierra y se come el corazón de la mata de dátil y de coco. Por eso les echamos arena, ceniza vegetal... Ahora hay muchos químicos para matarlos, pero como yo no uso químicos, tengo que usar ceniza. Cuando va subiendo el dátil, en su tronco sale un macollo o un hijo. Tienes que removerlo porque le lleva muchos nutrientes a la madre. Si uno lo siembra, es el modo más correcto de saber que estás sembrando matas hembras. Es muy difícil arrancarlos, pero es la mejor forma de tener una madre porque la mayoría de los que salen del tronco del dátil son hembras.

DE INTERÉS. Doña Rita cultiva actualmente 200 plantas adultas en su estancia El Higüero y más de 6,000 plántulas que está dispuesta a regalar, como ya lo ha hecho, a instituciones que “sé que las van a cuidar o que no las van a tomar enteramente como un negocio, sino que van a compartir e incentivar su siembra”.

Del tronco del dátil, cuando va subiendo, sale un macollo o hijo. Quitarlo y sembrarlo es el modo más correcto de saber que estás sembrando matas hembras, dice doña Rita. Yaniris López/LD

Doña Rita vive en San Cristóbal. Por más de 40 años se ha dedicado al cultivo de plantas en peligro de extinción. Mis manos son de obrero, suele decir, en alusión a la labor que realiza todos los días en el campo. Yaniris López/LD

Entre septiembre y octubre, las plantas se llenan de dátiles.

Las tres variedades de Phoenix dactylifera que cultiva doña Rita provienen de California, Túnez y Almería (España). Yaniris López/LD