Los ciberdelincuentes sofistican el 'phishing' y los troyanos bancarios

Los ciberdelincuentes han sabido aprovecharse de la situación pandémica de los últimos dos años para fomentar nuevos ataques contra los usuarios domésticos en España, donde ya existen múltiples formas de llevar a cabo estos engaños, que cada vez presentan formatos más sofisticados.

Así lo ha manifestado el director de Investigación y Concienciación de la empresa de ciberseguridad ESET, Josep Albors, quien este martes ha realizado un repaso de los diferentes formatos fraudulentos más habituales y eficaces de la actualidad.

A pesar de que el correo electrónico es una de las maneras más extendidas y antiguas de atacar, sigue siendo uno de los timos más frecuentes y rentables para los estafadores de la red. "Me atrevería a decir que hoy tiene mayor número de víctimas que hace 20 años", ha comentado Albors.

Este tipo de estafas son tan usuales como los troyanos bancarios, otro de los cebos por los que muchas personas son estafadas en España. Se trata de un 'software' malicioso o 'malware' mediante el cual los usuarios revelan sus datos bancarios a los ciberdelincuentes.

Según el directivo de ESET, con el tiempo se está produciendo un notable ascenso de suplantaciones de identidad en diversos organismos estatales y compañías, ante las cuales deben estar atentos los usuarios. "Aún falta mucha concienciación por parte de los usuarios para evitar este tipo de engaños", ha declarado.

EL SMS, LO MÁS PELIGROSO

La modernización del 'phishing' bancario ha coincidido con el ascenso de las estafas relacionadas con empresas de mensajería. A través de un SMS, muchos usuarios han recibido chantajes a través de los cuales se les solicita una pequeña cantidad monetaria para recoger un supuesto paquete.

Al introducir sus datos bancarios para realizar la aportación, estos ya pasan a ser gestionados por los ciberdelincuentes. Esta situación se ha repetido con el auge de las criptomonedas, a través de códigos QR que redirigen a páginas fraudulentas en las que los usuarios exponen sus datos personales a cambio de un asesoramiento personalizado.

Como el envío de SMS ya no está tan extendido entre los usuarios, que utilizan otros servicios de mensajería instantánea como WhatsApp o Telegram, los estafadores han aprovechado este nicho para convencer a sus víctimas.

Esto se debe a que, por un lado, los SMS generan una urgencia en el usuario y, por otro, a la sofisticación de esta técnica de engaño, que ha conseguido incluir los mensajes fraudulentos en el mismo listado que los que el usuario sí ha recibido de su banco.