CIENCIA
No hubo un T.Rex pigmeo, sino crías en crecimiento exponencial
Un nuevo examen de huesos atribuidos controvertidamente durante décadas a un género 'pigmeo' de Tiranosaurus Rex, ha revelado que se trata de fósiles de crías de la misma especie.
Los especímenes cuyos restos se conservan en el Museo de Historia Natural de Burpee en Illinois eran juveniles que aún no habían experimentado un gran crecimiento antes de morir, dicen los autores de un nuevo estudio. "Eso es aún más genial [que ser un género separado]", dijo el coautor Scott Williams, paleontólogo del Museo de las Rocosas, "porque eso nos dice que atravesaban un cambio drástico cuando crecían".
El análisis, publicado en Science Advances, revelan dientes en forma de cuchillo en la etapa juvenil del T.Rex que luego se convertían con las monstruosas mandíbulas aplastantes que caracterizan a este depredador del Jurásico. "También nos dice que estos animales probablemente dominaron sus ecosistemas a todas las edades", incluso como juveniles añade Williams. Los resultados apoyan la hipótesis de que T. rex experimentó un período de crecimiento exponencial tarde en su desarrollo.
Aunque la mayoría de los especialistas ahora rechazan la idea de que el espécimen pertenece a una clasificación separada, los estudios previos utilizaron características de uno de los cráneos del Museo Burpee para justificar esa clasificación.
Para evaluar la edad y la tasa de crecimiento de las muestras de T. rex, el nuevo estudio comparó la organización de las fibras óseas y otras microestructuras en los dos especímenes de Burpee, descubriendo que parecían haber estado creciendo, como lo demuestran los anillos de crecimiento en el hueso en un patrón espaciado que no se ve típicamente en adultos.
Los huesos también carecían de la serie de líneas muy próximas presentes en los adultos que indican que el crecimiento está completo.
Los investigadores estimaron las edades de los especímenes en el momento de la muerte contando sus marcas de crecimiento cíclico, una serie de líneas en el fémur y la tibia que, como los anillos de los árboles, registran períodos de desarrollo.
Los autores sugieren que alcanzar el tamaño completo después de un período de adolescencia prolongada puede haber significado que los juveniles y los adultos cumplieran diferentes funciones en el ecosistema, como alimentarse de diferentes presas.