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Los grandes simios pueden comprender los estados mentales de otros

Simios. Foto: Europa Press.

Los grandes simios, incluidos los chimpancés, los bonobos y los orangutanes, disponen de una teoría de la mente, lo que significa que pueden comprender los estados mentales de los demás.

Durante décadas ha habido un encedido debate sobre si alguna especie no humana posee esta habilidad.

El autor del estudio, Fumihiro Kano, del Instituto de Investigación de Santuarios y Primates Kumamoto de la Universidad de Kioto, junto con un equipo compuesto por científicos del Instituto Max-Planck de Antropología Evolutiva y la Universidad de St Andrews, había demostrado previamente que los grandes simios pueden anticipar las acciones de un sujeto, incluso cuando éste tiene una falsa creencia sobre la realidad.

Esta es una de las pruebas más sólidas de que los grandes simios pueden comprender la teoría mental de otros.

"Inicialmente creamos una película basada en una prueba psicológica establecida, especialmente emocionante para los simios, y la combinamos con tecnología de seguimiento ocular para registrar los patrones de la mirada que indican la anticipación del comportamiento de un agente basado en la comprensión de la falsa creencia del sujeto", explica Kano.

El principio que hay tras esta prueba anterior era revelar que los simios podían entender lo que un sujeto, un ser humano observado, sabía falsamente sobre la ubicación de un objeto, incluso cuando el objeto fue trasladado mientras el sujeto estaba fuera.

Los simios parecían demostrar con éxito la capacidad de anticipar las acciones del agente, incluso cuando el sujeto tenía conocimiento falso sobre la ubicación del objeto.

Sin embargo, una explicación alternativa clave, la llamada cuenta de la 'regla de comportamiento', no fue probada: ¿los sujetos entendieron realmente el estado mental del sujeto (la falsa creencia del sujeto sobre la ubicación del objeto) o simplemente se basaron en reglas específicas sobre el comportamiento del sujeto, a saber, ¿el sujeto tendió a visitar el lugar visto por última vez?

Para investigar esta pregunta, el equipo esta vez aplicó un nuevo giro.

En una tarea de 'gafas' o 'truco con los ojos vendados', los dos grupos de simios experimentaron cualquiera de las dos barreras: una barrera verdadera hecha de un material opaco, o una 'trampa' que parece ser opaca desde la distancia pero se vuelve transparente de cerca.

En un nuevo video que se muestra a los simios, ambos grupos vieron la misma película, se puede ver a un sujeto escondido detrás de una barrera mientras un objeto se transloca al frente.

Esta barrera es idéntica en apariencia a las experimentadas por los simios, lo que lleva a la pregunta crítica: ¿podrían los dos grupos de simios, habiendo tenido diferentes experiencias con las barreras, inferir la capacidad o incapacidad del sujeto para ver a través de la barrera, basado en sus propias experiencias?

El equipo observó que, con la barrera opaca, los simios anticiparon que el agente iría al lugar que el agente había visto por última vez. Por el contrario, con la barrera del truco, los simios anticiparon que el sujeto no iría a ninguna ubicación, porque el objeto había sido eliminado por completo.

De modo que los simios pudieron hacer la inferencia correcta.

Los investigadores concluyen que sus hallazgos descartaron una explicación puramente conductual, porque los dos grupos de simios anticiparon el comportamiento del agente basado en sus propias experiencias con las barreras, incluso cuando ambos grupos habían observado que el agente actuaba de manera idéntica.

"Estamos emocionados de encontrar que los grandes simios en realidad pasaron esta difícil prueba --explica Kano--.

Los resultados sugieren que compartimos esta habilidad con nuestros primos evolutivos. Planeamos continuar refinando nuestros métodos para probar otras alternativas no mentalistas a la teoría de la mente en animales no humanos".