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Muestras de la misión Apolo hacen retroceder la edad de la Luna 100 millones de años

El análisis de muestras recolectadas durante las misiones Apolo de la NASA (que hizo posible el envió de tres astronautas a la Luna en 1969) ha hecho retroceder la edad de la Luna 100 millones de años.

Un nuevo estudio encabezado por científicos de la Tierra en el Instituto de Geología y Mineralogía de la Universidad de Colonia ha limitado la edad de la Luna a aproximadamente 50 millones de años después de la formación del sistema solar. Es decir, después de la formación del sistema solar, hace 4.560 millones de años, la Luna se formó hace aproximadamente 4.510 millones de años.

Así, el nuevo trabajo ha determinado que la Luna es significativamente más antigua de lo que se creía anteriormente, pues una investigación anterior estimó que la Luna se formó aproximadamente 150 millones de años después de la formación del sistema solar y no 50 millones de años después, como concluye esta investigación.

Para lograr estos resultados, que se publican en 'Nature Geoscience', los científicos analizaron la composición química de una amplia gama de muestras recolectadas durante las misiones Apolo de la NASA.

El 21 de julio de 1969, la humanidad dio sus primeros pasos en otro cuerpo celeste. En sus pocas horas en la superficie lunar, la tripulación del Apolo 11 recogió y trajo a la Tierra 21,55 kilogramos de muestras.

Este estudio se enfoca en las firmas químicas de diferentes tipos de muestras lunares recolectadas por las diferentes misiones Apolo. "Al comparar las cantidades relativas de diferentes elementos en las rocas que se formaron en diferentes momentos, es posible aprender cómo se relaciona cada muestra con el interior lunar y la solidificación del océano magma", dice el doctor Raúl Fonseca, de la Universidad de Colonia, que estudia los procesos que ocurrieron en el interior de la Luna en experimentos de laboratorio junto con su colega el doctor Felipe Leitzke.

La Luna probablemente se formó después de una colisión gigante entre un cuerpo planetario del tamaño de Marte y la Tierra primitiva. Con el tiempo, la Luna se acrecentó desde la nube de material que entró en la órbita de la Tierra. La luna recién nacida estaba cubierta por un océano de magma, que formaba diferentes tipos de rocas cuando se enfriaba.

"Estas rocas registraron información sobre la formación de la Luna y aún se pueden encontrar hoy en la superficie lunar", asegura el doctor Maxwell Thiemens, ex investigador de la Universidad de Colonia y autor principal del estudio.

Por su parte, el doctor Peter Sprung, coautor del estudio, agrega que "estas observaciones ya no son posibles en la Tierra", ya que ésta ha estado geológicamente activa a lo largo del tiempo, por lo que la Luna proporciona así una "oportunidad única" para estudiar la evolución planetaria.

INFORMACIÓN SOBRE LA FORMACIÓN Y EVOLUCIÓN DE LA TIERRA

Los científicos de Colonia utilizaron la relación entre los elementos raros hafnio, uranio y tungsteno como una sonda para comprender la cantidad de fusión que se produjo para generar los basaltos de yegua, es decir, las regiones negras en la superficie lunar. Debido a una precisión de medición sin precedentes, el estudio podría identificar distintas tendencias entre los diferentes conjuntos de rocas, lo que ahora permite una mejor comprensión del comportamiento de estos elementos raros clave.

El estudio de hafnio y tungsteno en la Luna es particularmente importante porque constituye un 'reloj' radioactivo natural del isótopo hafnio-182, que se descompone en tungsteno-182. Esta desintegración radioactiva solo duró los primeros 70 millones de años del sistema solar. Al combinar la información de hafnio y tungsteno medidos en las muestras de Apolo con información de experimentos de laboratorio, el estudio encuentra que la Luna ya comenzó a solidificarse tan pronto como 50 millones de años después de que se formara el sistema solar.

"Esta información sobre la edad significa que cualquier impacto gigante tuvo que ocurrir antes de ese momento, lo que responde a una pregunta muy debatida entre la comunidad científica sobre cuándo se formó la Luna", señala el doctor Carsten Münker, del Instituto de Geología y Mineralogía de la Universidad de Colonia, autor principal del estudio.

Según los científicos, determinar la edad de la Luna también es importante para comprender cómo y en qué momento se formó la Tierra y cómo evolucionó al comienzo del sistema solar.

"Los primeros pasos de la humanidad en otro mundo, hace exactamente 50 años, dieron muestras que nos permiten comprender el momento y la evolución de la Luna. Como la formación de la Luna fue el último evento planetario importante después de la formación de la Tierra, la edad de la Luna también proporciona una edad mínima para la Tierra", concluye Maxwell Thiemens.

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