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El Niño de la Hipoteca: "Las redes sociales son ultra nocivas y generan nuevos traumas y enfermedades"

Foto: Alba Bouvier.

Lleva más de una década El Niño de la Hipoteca (Guiu Cortés, Barcelona 1982) cultivando un estilo de canción lúdico-anárquica tan personal como intransferible. No en vano, es un alma libre que rechaza los canales de difusión habituales, ha hecho de la autogestión un arte y se abrió al mundo con el cara a cara y a través de YouTube, siendo conocido por ello como el primer 'cantautuber' de habla hispana.

Ahora el barcelonés lanza su su quinto trabajo discográfico, 'Esto no es un disco vol.1' (Ndlh Records, 2019), en el que recopila las canciones que ha ido publicando sueltas durante los últimos cuatro años. "Es un disco pero a la vez no lo es", bromea en entrevista con Europa Press.

Y explica a continuación su afirmación: "Cuando vi que las canciones eran independientes unas de otras decidí ir lanzándolas de una en una. Tenían volúmenes y tonos diferentes, por lo que el disco me ha servido para homogeneizarlas un poco. Además, la gente las escucha sueltas pero los que siguen con la cultura del disco necesitan tenerlas todas juntas".

Algo llamativo de este álbum es que solo está disponible en streaming y su libreto es un lyric video. "Editar CDs es una parafernalia que renta muy poco y, de paso, educas a la gente en que la música no es algo físico. A nivel ecológico también tiene sentido por la cantidad de plásticos que se usan, aparte de que el CD es una farsa y yo los que tengo desde hace más de veinte años ya no me los lee bien el reproductor", reflexiona Guiu, para luego avanzar que sí que se plantea quizás hacer una edición en vinilo en el futuro.

Adelanta también, de paso, que este Volumen 1 tendrá continuidad dentro de un año, cuando vea la luz el Volumen 2: "Iré sacando un tema cada mes a partir de septiembre. En el volumen 1 el primer tema lo saqué hace cuatro años, pero es que en este tiempo he trabajado mucho para levantar el proyecto y también he tenido mucho rocanrol en mi vida".

ESTILO MÁS ROCKERO

Un detalle interesante en este álbum de El Niño de la Hipoteca es que mira más decididamente hacia el rock, dejando de lado su faceta de cantautor. "Y este disco es un impás, porque en el siguiente nos iremos totalmente al rock", confirma entre risas, confesando acto seguido: "Yo soy un guitarrista de metal frustrado".

Y siguiendo con el buen humor, apuntala su afirmación: "De joven tuve bandas de versiones de Black Sabbath y Red Hot Chili Peppers, y otra de indie británico y otra de rockabilly.

Luego me dio muy fuerte con Jorge Drexler y quise tirar por la vía de cantautor, que me había interesado de aún más jovencito con Silvio Rodríguez y Joan Manuel Serrat.

Pero a estas alturas donde más cómodo me siento es en el rock. Es la carrera invertida de cualquier artista, acabaré haciendo thrash metal cuando sea viejo".

TEMÁTICAS SOCIALES

Esto no es un disco vol.1 mantiene, aparte de su toque de canción de autor, la preocupación de Guiu por este mundo loco en el que nos ha tocado convivir. Precisamente por eso se fija en las omnipresentes redes sociales y el avance tecnológico que todo lo controla.

"Estamos con la resaca de internet", afirma tajante, desarrollando después: "Cuando apareció internet fue un arma increíble de libertad y de información. Ahora ya lo hemos incorporado a nuestras vidas casi sin darnos cuenta y, por culpa de las corporaciones y del capital, se ha convertido en algo con muchos peligros".

"Internet ha derivado en unas redes sociales ultra nocivas, porque eso es lo que son", sentencia, concediendo al menos que hay "gente que les sigue dando un buen uso, aunque cada vez son menos". "Pero en general se les da muy mal uso y eso genera nuevos traumas, nuevas enfermedades y nuevas mierdas en general", remata.

A su juicio, por todo ello, "estamos todos de resaca y "recolocando" todo como sociedad: "Los ofendiditos son un daño colateral de internet, igual que el auge de la extrema derecha o las fake news. Todo esto nos ha atontado un poco... aunque el ser humano siempre ha sido un poco agilipollado en realidad".

Ante este panorama, plantea Guiu que en este momento la canción protesta clásica "no tiene mucho sentido", por lo que apuesta por "cuentas de Twitter protesta".

A su juicio, "hace falta un tipo de protesta más conductual e individual, no tanto de criticar al Rey como concepto, sino criticarnos cada uno por cómo utilizamos las redes, por cómo nos dejamos engañar por las grandes marcas o la competitividad en la que vivimos".

GENERACIÓN DE CANTAUTORES

No deja de resultar paradójico, en cualquier caso, que en un mundo tan tecnológico, esté triunfando en nuestro país una nueva generación de cantautores que se basan en la sencillez, aunque dándole una vuelta gracias a su gran originalidad y a la personalidad de cada cual.

Lo tiene muy claro Guiu como integrante por derecho de esa generación, que arrancó "hace diez o quince años" en el circuito de concursos de cantautores en diferentes ciudades españolas. "Se creó un grupo de gente que íbamos a esos concursos y, aunque había competición, surgió también la amistad", apunta.

Y tira de recuerdos entonces para relatar: "El Kanka, Antílopez... también andaba por ahí Mikel Izal. Funambulista, Rafa Pons, Marwan, Zahara... Se hicieron pandillas en muchas ciudades y entre todos aprendimos mucho. Además, el que vivía en una ciudad acogía en su casa a los demás.

Yo era el de Barcelona y en mi casa se ha quedado a dormir todo el mundo y yo les buscaba sitios para tocar. Y si yo iba a Sevilla los Antílopez hacían lo mismo conmigo".

De esta manera surgió una generación que, a partir de la idea clásica del cantautor que canta con su guitarra, se ha desarrollado hasta el día de hoy con todos los proyectos "más o menos funcionando bien". "Entre todos aprendimos a cantar a la gente de nuestra generación.

Somos más milenials, hemos vivido la evolución de las tecnologías y nos podemos adaptar a todo, también a los chavales más jóvenes", explica.

PLANES

Desde esta posición más o menos asentada para todos en general y para El Niño de la Hipoteca en particular, disfruta Guiu del presente y mira con calma al futuro: "Mi forma de vivir es estar en continua gira siempre, pero lo mínimo posible para poder estar también viviendo tranquilo, la verdad.

Quiero decir que la época de hacer setenta conciertos al año ya la he pasado y si puedo estar hasta que me muera haciendo veinte o treinta por año, voy a ser la mar de feliz".

Sin disimular la satisfacción por todo lo logrado, remata el barcelonés confesando divertido sus propios deseos y objetivos: "He cogido tendencia de ir creciendo al ralentí y eso quiero mantener. El mayor éxito es poder pilotar mi carrera como yo quiera, poder subir o bajar una marcha cuando me apetezca.

Esa es la grandeza de ser mi propio mánager y mi propio sello. Veo compañeros a los que les va muy bien pero hay días que dicen que necesitan unas vacaciones y no las pueden tener... Otro éxito es no haber perdido la cabeza, sobre todo viendo cuanto iluminado hay en este mundillo".

De momento cumple sus planes Guiu, pues por delante tiene un calendario de conciertos siempre con una siguiente cita, pero no necesariamente con todos los fines de semana ocupados. Así, le podremos ver próximamente en los festivales Cabo de Plata (27 de julio), Revenidas (10 de agosto) y Rabolagartija (15 de agosto), además de conciertos en Sitges (17 de agosto) y Murcia (12 de octubre).