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CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Un robot debe funcionar en un mundo adverso

Marc Raibert durante su alocución en IROS 2018 (Fuente: @iros_2018)

El futuro de una sociedad robotizada en el que los humanoides convivan con los humanos no está tan lejos como pensamos, pero únicamente se conseguirá si los robots funcionan no solo "en condiciones ideales" de laboratorio, sino también en un mundo "adverso", señaló hoy Marc Raibert, de Boston Dynamics.

El fundador de una de las empresas punteras del mundo en robótica, Boston Dynamics, fue la estrella de la jornada inaugural de IROS 2018, el principal congreso de robótica del mundo, que se celebra en Madrid hasta el viernes.

Boston Dynamics es responsable de varios robots cuadrúpedos icónicos como BigDog (gran perro), que puede recorrer largas distancias en terrenos adversos y coger peso, o Atlas, un humanoide que salta, corre y coge peso con gran destreza.

Para desarrollar robots con éxito, Raibert apunta como fundamental la máxima "créalo, rómpelo y arréglalo": "La gente es muy protectora con sus robots, les da miedo sacarlo al mundo y ver qué puede hacer. A nosotros nos gusta que nuestros robots salgan al mundo y se rompan".

A continuación pone imágenes de SpotMini -un cuadrúpedo ligero- abriendo una puerta mientras un técnico la intenta cerrar y le tira de una cuerda hacia atrás; o de BigDog corriendo por una montaña de escombros al aire libre que termina despeñándose.

"Es muy importante probar los robots -subraya-, para mejorar los algoritmos con los que funcionan".

La gente cree que un software dice al robot lo qué tiene que hacer, pero eso es solo la mitad de lo que vemos, la otra mitad es la información que obtiene del mundo físico, "como la gravedad o la fricción con otros objetos", y que son tan importantes como lo primero, explicó.

Raibert subió al escenario a SpotMini, un cuadrúpedo con sistema de visión y de navegación autónomo, que puede adoptar diversas funciones, no solo se desplaza con agilidad, también coge cosas y puede sortear obstáculos y que la compañía prueba en oficinas para tareas simples.

El prometedor futuro y atención hacia el sector ha ido en aumento. Raibert recordaba cómo en el primer congreso IROS en 1989 solo había 75 personas, hoy el congreso recibió a 35.000.

Si en la actualidad los robots se dedican principalmente a tareas de emergencias, fabricación y entretenimiento; en un futuro no muy lejano es muy probable que sean uno más en tareas logísticas (entrega de mercancías) y en asistencia de personas dependientes.

Ahora mismo su empresa se encuentra probando sus cuadrúpedos en el reparto de paquetes a domicilios: "¿A cuántos os gustaría que un robot os llevara un paquete a casa?", preguntó al auditorio. Aproximadamente la mitad ha levantado la mano (entre ellos el rey Felipe VI, presente en la conferencia).

"Al resto ¿os da miedo verdad? Seguro que llamaríais a la policía?", bromeó.

Donde todos los gurús creen que supondrá una revolución y una realidad no muy lejana es en la asistencia a dependientes: "Solo en Estados Unidos treinta millones de personas emplean gran parte de su tiempo cuidando a otros, estoy convencido de que no dentro de mucho los robots serán útiles en estas tareas".

Prueba de ellos son los muchos robots que se exponen estos días en IROS 2018, cuyo lema es este año "Hacia una sociedad robótica": el robot de asistencia para humanos desarrollado por Toyota, QT un robot diseñado para interactuar con niños autistas o el italiano iCUB y Pepper, ambos desarrollados para la interacción y asistencia a humanos.

La feria también cuenta con competiciones de drones, robots asistenciales que prueban sus habilidades en la recreación de una casa instalada en la feria o una competición de vehículos autónomos.

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