Haití

HRW piden protección y reinserción de menores en Haití ante reclutamiento por bandas armadas

La ONG alerta de que en los últimos meses centenares de menores en Haití, por no decir miles, se han sumado a los grupos armados

Las bandas armadas que operan en Haití tienen más poder de fuego que la Policía y someten al terror a la población con secuestros, extorsiones y robos.Archivo

Los menores, víctimas del hambre y la pobreza, están sido reclutados en Haití por bandas armadas en las que son obligados a llevar a cabo actos delictivos y sufren abusos, por lo que las autoridades deben dar prioridad a su protección y reinserción, afirmó este miércoles la organización Human Rights Watch (HRW).

En un informe sobre la situación de estos menores elaborado tras efectuar una visita a Puerto Príncipe en julio pasado, esta ONG alerta de que en los últimos meses centenares de menores en Haití, por no decir miles, se han sumado a los grupos armados, los cuales han intensificado el reclutamiento de estos chicos en respuesta a las operaciones de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití, liderada por Kenia, y la Policía Nacional.

Ante ello, "el gobierno de transición haitiano debería suministrar protección, acceso a bienes y servicios esenciales, en especial a la educación, y posibilidades legales para la readaptación y reintegración" de estos menores, cuyas opciones de sobrevivir eran limitadas y que fueron atraídos por grupos delictivos en los que cometen actividades ilegales y se exponen a graves riesgos, según Nathalye Cotrino, investigadora de la división de Crisis y Conflictos de HRW.

El hambre, principal motivo para unirse a las bandas

Aunque no hay datos oficiales disponibles, organizaciones humanitarias y de defensa de los derechos humanos estiman que al menos el 30 % de los miembros de las bandas son menores, unos grupos armados que tienen en su poder el 80 % de Puerto Príncipe y su zona metropolitana y que tienen bajo su control a alrededor de 2,7 millones de personas, de ellas medio millón niños, de acuerdo con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Según indicaron algunos de los menores a HRW, el hambre fue el factor principal que les empujó a unirse a las bandas o llevaron a sus familias a permitirles sumarse a ellas, como única forma de conseguir comida, renta y un techo en muchas ocasiones.

Los menores en estas bandas participan en actividades delictivas como extorsión y saqueo e incluso en secuestros y muertes, mientras que las chicas se ven particularmente expuestas a la violencia sexual en el seno de la propia pandilla.

Si rechazan participar en actos delictivos, son maltratados, golpeados o amenazados de muerte, relatan los menores, que también se tienen que enfrentar a la policía y a grupos rivales y de autodefensa.

De enero a junio, la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (Binuh) ha documentado casos de ejecuciones sumarias y linchamiento de menores.

Mayor apoyo internacional

Aunque agencias de la ONU y entidades locales han lanzado iniciativas para apoyar a los menores antes vinculados a grupos, el Gobierno no tiene una estrategia global al respecto y necesita recursos.

Pero para ello es preciso reforzar el apoyo internacional a iniciativas que incluyan protección de estos menores (en especial mediante el acceso a la educación), vías legales que les permitan abandonar las bandas y acceso a la justicia.

Para Cotrino, "el Gobierno de transición debería dar prioridad a la protección de los menores implicados en actividades de grupos criminales mediante la puesta en funcionamiento de programas específicos de desarme, desmovilización y reinserción, así como un enfoque más amplio, con un mayor apoyo financiero para garantizar su acceso a la educación y otros servicios esenciales".

En su opinión, "responder a las necesidades urgentes de los menores en el marco de un ambiente protector, como las escuelas, puede contribuir a proveer de apoyo psicosocial, a favorecer la inclusión social y a prevenir el reclutamiento".

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