Camila no recibirá la renta anual del Parlamento que sí cobraba el príncipe Felipe
La reina Camila, esposa de Carlos III, no percibirá la renta que el Parlamento británico asignaba anualmente al previo monarca consorte del Reino Unido, el príncipe Felipe, quien cada año cobraba 359,000 libras (419,000 euros) por sus compromisos oficiales.
Así se desprende de un informe difundido este viernes por la llamada Oficina Nacional Auditora (NAO) sobre las finanzas de la Casa Real de este país, que revela que las actividades que desempeña la esposa de Carlos III serán sufragadas con dinero extraído del llamado Fondo Soberano y que a la consorte no se le asignará un pago separado.
El informe independiente llevado a cabo por el regulador de la Casa Real examina las estructuras de financiación de la familia real como parte del trabajo que desempeña la NAO a fin de mejorar la transparencia.
El documento subraya varias consideraciones de cara al futuro y sugiere que el nuevo reinado de Carlos III, con una agenda que previsiblemente será más ajetreada que la que llevaba su madre, Isabel II, en sus últimos años, podría "alterar de manera sustancial las necesidades de financiación futuras".
El informe compara la situación de Camila con la de su fallecido suegro, el duque de Edimburgo, y confirma que "la reina Camila no recibirá una renta anual separada" sino que sus actividades oficiales "se financiarán con el Fondo Soberano".
El padre de Carlos III continuó percibiendo la citada suma de 359,000 libras cada año, pese a que hubo cambios en la manera en que las actividades de la realeza se pagaban por el contribuyente.
De esa manera, la antigua Lista Civil, de la que Isabel II recibía un pago y varios subsidios del Gobierno para cubrir gastos oficiales, se reemplazó por el citado Fondo Soberano, que se basa en un porcentaje de los beneficios del Crown Estate (tierras y propiedades de la corona británica).
No obstante, una nueva legislación introducida en 2011 mantuvo una cláusula que afectaba al príncipe Felipe, quien se retiró de sus actividades en 2017 y falleció en 2021, para que continuara recibiendo su renta anual de manera vitalicia.
El informe apunta asimismo que el futuro programa de actos oficiales del rey Carlos III podría afectar la futura financiación.
"Cada rey y reina tiene sus propios intereses y prioridades que afectan su calendario de actividades", indica el documento.
De esta manera, el informe recuerda que la fallecida Isabel II "recortó gastos en eventos y viajes en los últimos años, en parte por la pandemia global de Covid-19".
"Se puede asumir de manera razonable que el rey organizará más eventos y viajará a más compromisos dentro del Reino Unido y en el extranjero a petición del Gobierno", anticipa ese texto.