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El fantasma de la ultraderecha se aleja en España tras una votación inconcluyente
El conservador Partido Popular ganó las elecciones, pero se quedó muy por debajo de las estimaciones de las encuestas.
España enfrentaba semanas y quizá incluso meses de estancamiento político con la posibilidad de nuevas elecciones, pero los comicios del domingo tuvieron un resultado que sería recibido con alivio en capitales del continente que, como Madrid, respaldan con firmeza a la Unión Europea.
El partido español Vox, con su mensaje ultranacionalista, perdió apoyo entre los votantes y vio desbaratarse sus esperanzas de convertirse en socio decisivo y entrar en una coalición de gobierno que habría dado poder a la ultraderecha española por primera vez desde la dictadura de Francisco Franco en el siglo XX.
El conservador Partido Popular ganó las elecciones, pero se quedó muy por debajo de las estimaciones de las encuestas, que apuntaban a que podría derrocar al presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, si formaba un gobierno con Vox como socio minoritario.
Aunque los socialistas de Sánchez terminaron en segundo lugar, ellos y sus partidos aliados celebraron el resultado como una victoria porque sus fuerzas combinadas lograron ligeramente más escaños que el PP y Vox. El bloque que probablemente respaldaría a Sánchez sumaba 172 escaños, frente a los 170 de la derecha.
"Esta es una gran victoria para la izquierda", dijo el lunes el doctor Jason Xidias, profesor de Ciencias Políticas en el campus en Madrid de la Universidad de Nueva York.
Las negociaciones políticas de las próximas semanas, en las que los partidos regionales más pequeños podrían ofrecer su apoyo para formar gobierno a cambio de concesiones, serán "muy complicadas", dijo Xidias.
El resultado más ajustado de lo esperado ponía en duda quién tomaría las riendas del país. Pero el Partido Popular insistía en que no se le podía negar su oportunidad de formar gobierno.
El vicesecretario general del PP, Miguel Tellado, dijo el lunes a la cadena pública española RTVE que "nadie entendería que ahora todos se unan para impedir que gobierne el que ha ganado las elecciones".
Sánchez formó el primer gobierno de coalición de la historia de España, que asumió el poder en enero de 2020. Sánchez es presidente desde 2018.
La votante socialista Delphine Fernández dijo que esperaba que Sánchez pudiera mantenerse en el poder. Cruzó los dedos para que ella y los 37 millones de españoles llamados a las urnas no tuvieran que volver a hacerlo como en 2019, cuando Sánchez necesitó dos victorias consecutivas antes de formar un gobierno de coalición.
"Iba ser difícil, sí, empatados, pero a ver (...) aún vamos a gobernar", dijo Fernández, abogada de profesión.
"Yo no vuelvo otra vez dentro de unas semanas, ¿eh?", bromeó. "Ahora o nunca".
Pero las posibilidades de que Sánchez consiga el apoyo de los 176 parlamentarios necesarios para tener mayoría absoluta en la cámara baja no son muy grandes.
Los resultados divididos hacen que el partido separatista catalán Junts sea clave para que Sánchez pueda forma un gobierno. Pero si Junts pidiera un referendo de independencia para la región nororiental de Cataluña, ese probablemente sería un precio demasiado alto para Sánchez.
"No haremos presidente a Pedro Sánchez a cambio de nada", dijo Miriam Nogueras, líder de la formación catalana, en la noche electoral.
Con todos los votos escrutados, el Partido Popular logró 136 escaños de los 350 en juego. Incluso con los 33 diputados que obtendría Vox y otro de un partido aliado, el PP aún estaba a siete de la mayoría.
Los socialistas consiguieron 122, dos más que en la legislatura anterior. Sánchez probablemente podría contar con los 31 de la coalición de izquierdas Sumar, que incluye a sus actuales socios de gobierno, y con varios partidos más pequeños para reunir al menos más que la suma de los partidos de derecha, pero también le faltarían cuatro para la mayoría a menos que se les una Junts.
"España y todos sus ciudadanos que han votado han sido meridiana y rotundamente claros. El bloque evolucionista de retroceso, que planteaba una derogación total de todos los avances que hemos logrado durante estos últimos cuatro años, ha fracasado", dijo un pletórico Sánchez ante sus seguidores en Madrid.
Cuando su partido se llevó una golpiza en las elecciones regionales y locales en mayo, Sánchez podría haber esperado a diciembre para las elecciones nacionales. En lugar de eso, tomó por sorpresa a sus rivales adelantando los comicios con la esperanza de ganar más apoyo.
Sánchez puede añadir la noche electoral a la lista de contraataques de su carrera, construida a base de victorias improbables. El líder de 51 años tuvo que liderar un motín de los militantes socialistas para recuperar el mando del partido antes de ganar la única moción de censura victoriosa en la política español para derrocar a su predecesor, del Partido Popular, en 2018.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, parecía tener aún menos posibilidades de formar una mayoría.
Feijóo centró la campaña del PP en la idea de que Sánchez no era digno de confianza. Los socialistas y otros partidos de izquierdas, por su parte, enarbolaron el temor a que Vox llegara al poder como socio minoritario en una coalición liderada por el PP.
Un gobierno de PP y Vox habría supuesto que otro miembro de la UE se movía firmemente a la derecha, una tendencia ya registrada en Suecia, Finlandia e Italia. Países como Alemania y Francia están preocupados por lo que ese cambio podría suponer para las políticas migratorias y medioambientales
de la UE.
Vox, sin embargo, perdió 19 escaños respecto a cuatro años antes. Las elecciones se produjeron durante el turno de presidencia de España en la Unión Europea, y un buen resultado de Vox se habría hecho sentir en la política comunitaria.
Feijóo intentó distanciar al PP de Vox durante la campaña. Pero al adelantar los comicios, Sánchez hizo coincidir la campaña con los pactos de PP y Vox para gobernar juntos en ayuntamientos y regiones tras las elecciones de mayo.
Vox basó su campaña en revocar las leyes contra la violencia de género. Y tanto el PP como Vox querían revocar una nueva ley de derechos de las personas transgénero y una ley de memoria histórica que intenta facilitar que las familias interesadas puedan exhumar los restos de las miles de víctimas del régimen de Franco que siguen desaparecidas en fosas comunes.
"El PP ha sido víctima de sus expectativas y los socialistas han sabido capitalizar el miedo a la llegada de Vox. Adelantar las elecciones ha resultado ser una decisión acertada para Pedro Sánchez", afirma Manuel Mostaza, director de Políticas Públicas de la consultora española Atrevia.
El nuevo Congreso se reunirá en un mes. El rey Felipe VI encargará entonces a uno de los líderes del partido que se someta a una votación parlamentaria para formar un nuevo gobierno. Los diputados tienen un máximo de tres meses para llegar a un acuerdo. De lo contrario, se convocarían nuevas elecciones.