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Donald Trump cumple 78 años... también entre cuestionamientos por su edad

Tanto si Biden gana las elecciones del 5 de noviembre como si lo consigue Trump, cada uno sería el presidente estadounidense más viejo en prestar juramento.

Donald Trump

Donald TrumpJOE RAEDLE/AFP

Lleva meses burlándose de Joe Biden y presumiendo de ser un líder enérgico frente al que llama anciano decrépito de 81 años, pero la edad no perdona y los 78 años que Donald Trump cumple este viernes también despiertan interrogantes sobre sus capacidades en plena campaña por la Casa Blanca.

Tanto si el demócrata Biden gana las elecciones del 5 de noviembre como si lo consigue Trump, cada uno sería el presidente estadounidense más viejo en prestar juramento.

El expresidente republicano (2017-2021) celebró su cumpleaños con una gran fiesta y mitin político en un gigantesco centro de convenciones cercano a Mar-a-Lago, su residencia de lujo en Florida, en el sureste de Estados Unidos.

Tras un "cumpleaños feliz" cantado por la multitud y una tarta colocada junto a su atril, Trump utilizó su habitual retórica incendiaria para atacar a los migrantes y, sobre todo, a su oponente Biden, quien según él "se duerme en cada acto".

"En el primer día de nuestra nueva administración, cerraremos la frontera, detendremos la invasión y enviaremos a los extranjeros ilegales de Joe Biden de vuelta a casa, donde pertenecen. Tenemos que echarlos", lanzó.

El demócrata le había escrito más temprano en la red social X: "Feliz 78º cumpleaños, Donald. Tómatelo de parte de un viejo a otro: la edad es sólo un número". "Esta elección, sin embargo, es una opción", escribió antes de enumerar sus diferencias de programa sobre el aborto o el cambio climático.

Sin embargo, las encuestas son claras: muchos más estadounidenses creen que el actual presidente es demasiado viejo para un segundo mandato en comparación con los que se quejan de la edad de Trump.

El octogenario Biden muestra objetivamente signos recurrentes de fatiga: su andar es cada vez más rígido y en ocasiones parece aturdido.

Los videos en los que se ve al presidente estadounidense alejándose, demacrado, de un grupo de líderes del G7, tropezando o tartamudeando se comparten masivamente en las redes sociales.

Sin embargo, no es solo él. En los últimos meses, Trump también confundió los nombres de varias ciudades y dirigentes, alertó de que el mundo se encaminaba hacia una segunda guerra mundial, en vez de la tercera, y lanzó diatribas inconexas.

Errores, temblores

El jueves, en una reunión a puerta cerrada con congresistas republicanos, habría calificado de "horrible" a Milwaukee, ciudad estratégica en muchos aspectos para las elecciones estadounidenses, lo que provocó una avalancha de críticas e cuestionamientos.

¿Estos errores, los videos en los que se agarra a una barandilla para no resbalar o tiembla mientras bebe un vaso de agua son ejemplos de un declive del expresidente? No se sabe, pero el equipo de campaña de Biden lo utiliza para atacarlo.

Con motivo del cumpleaños de Trump, el bando del presidente demócrata publicó el viernes un comunicado acompañado de una fotografía de gran formato y muy poco favorecedora del republicano en el que se le ve sudando, con las mejillas rojas y los rasgos demacrados.

"Feliz cumpleaños, Donald. Eres un delincuente, un fracasado, un impostor y una amenaza para nuestra democracia", afirmó en la nota James Singer, portavoz del equipo de campaña de Biden.

"En nombre de Estados Unidos, aquí tienes un regalo por adelantado para tu 79 cumpleaños: nos aseguraremos de que nunca vuelvas a ser presidente", añadió.

"Zombi"

Estos comentarios irritaron al equipo de Trump, que a su vez describió a Biden como "débil e incompetente". "Es un zombi en muerte cerebral", afirmó una portavoz en una declaración enviada a la AFP.

Los debates sobre la edad de los presidentes estadounidenses no son nuevos.

Durante el segundo mandato de Ronald Reagan algunos analistas ya se preguntaban por el deterioro de sus capacidades intelectuales.

El expresidente estadounidense Jimmy Carter dio la alarma en un mensaje de 1994 en el que expresaba su preocupación por el "peligro" que representaba para Estados Unidos la posibilidad de que las capacidades de un presidente se vieran mermadas por una "enfermedad neurológica".

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