América

La mayor epidemia de dengue en Perú desnuda la pobreza y la falta de agua potable

En Perú hay más de 129,000 contagiados con la enfermedad del mosquito Aedes aegypti. 

Los pacientes que padecen dengue yacen en camas ubicadas en tiendas de campaña provisionales en el Ministerio de Salud en Piura, Perú, el sábado 3 de junio de 2023.AP

Echada en la cama de una cabaña de caña, en uno de los pueblos más pobres de la costa del Pacífico, María Galán cierra los ojos y mira el techo de zinc mientras se estremece por el dolor que siente en los huesos durante la mayor epidemia de dengue registrada en la historia de Perú.

La mujer de 47 años ha tenido fiebre por siete días, mareos y dolor estomacal. “Cuando camino me quieren venir los vómitos”, dijo con un hilo de voz el ama de casa, una de los más de 129.000 contagiados de la enfermedad transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti, cifra que convierte al país en el segundo con más casos en las Américas después de Brasil, según datos de la Organización Panamericana de la Salud.

La cifras oficiales en lo que va del año -129.634 casos y 191 muertos- ha superado el más reciente pico histórico de 2017 cuando las autoridades registraron 67.280 casos y 89 decesos, de acuerdo con el Ministerio de Salud peruano. En Piura, ubicada a 861 kilómetros al norte de Lima, se han detectado casi un tercio de los casos de todo el país.

Galán no acudió al hospital porque ha visto en la televisión las filas de enfermos que esperan atención y porque desconfía de los servicios sanitarios debido a que durante la pandemia de COVID-19 su madre murió en un hospital y le avisaron horas después. 

Tampoco puede ir a un consultorio privado porque el dinero que gana vendiendo una bebida fermentada de maíz de la época de los Incas alcanza apenas los 100 dólares mensuales. Su única opción, confesó, es tomar paracetamol, beber agua de arroz tostado e infusiones de manzanilla.

Los relatos son parecidos en diversas barriadas del desierto que rodea a Piura. En casi todos los poblados hubo hasta hace poco lagunas formadas tras las lluvias más copiosas en 25 años causadas por el incremento de la temperatura de las aguas del Pacífico debido al fenómeno climático de El Niño y el paso del huracán Yaku. Los vecinos tuvieron que comprar tierra en volquetes para echarla sobre los charcos luego de contemplar con horror la aparición de nubes de zancudos, ranas que croaban por las noches y ratas que corrían enloquecidas por las calles.