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Telegram advierte de "ataque a la democracia" por ley contra desinformación en Brasil

"Brasil está próximo a aprobar una ley que acabará con la libertad de expresión", dice el comunicado de la empresa sobre la iniciativa. 

Aplicación de la red social Telegram.Archivo Listín Diario

El servicio de mensajería Telegram advirtió este martes que "la democracia está bajo ataque en Brasil", debido a un proyecto de ley contra la desinformación en línea que aseguró dará al gobierno de Lula "poderes de censura", según un mensaje difundido en la plataforma.

"Brasil está próximo a aprobar una ley que acabará con la libertad de expresión", dice el comunicado de la empresa sobre la iniciativa, cuya votación en el Congreso ha sido postergada sin fecha.

Según el comunicado, el proyecto "da al gobierno poderes de censura sin supervisión judicial previa".

Por ello, es "una de las legislaciones más peligrosas contempladas en Brasil", contraria a los derechos humanos fundamentales, indica el texto.

La queja de Telegram se suma a publicaciones de Google hace una semana en su sitio, en las que advertía que la legislación podía "empeorar" internet y "aumentar la confusión sobre lo que es verdadero o falso en Brasil".

El gobierno obligó a Google a retirar los mensajes, y lo acusó de "propaganda engañosa y abusiva".

Telegram ha enfrentado problemas en Brasil. El pasado 27 de abril, la justicia ordenó la suspensión del servicio por no entregar a las autoridades datos solicitados de grupos neonazis que supuestamente actúan en la plataforma, en el marco de una investigación relacionada con la violencia en escuelas del país.

Dos días después, el fallo fue revertido por un juez de segunda instancia, quien consideró que la decisión no era razonable.

El proyecto de ley sobre las noticias falsas se presentó hace tres años, como un esfuerzo para lidiar con la avalancha de desinformación en línea, y ya cuenta con la aprobación del Senado.

Pero cobró notoriedad recientemente, después de que los partidarios del expresidente Jair Bolsonaro invadieran las sedes de los tres poderes en Brasilia el 8 de enero, supuestamente incitados por la desinformación en las redes, que afirmaban que Lula había derrotado de manera fraudulenta al ultraderechista en las urnas.