arabia saudita
Tras cinco años al volante, un largo camino a recorrer para las mujeres sauditas
La concesión de esta nueva libertad fue una de las reformas impulsadas por el joven y poderoso príncipe heredero, Mohamed bin Salmán.
Hace cinco años, Jawhara al Wabili fue una de las primeras mujeres en ponerse al volante de un coche en Arabia Saudita, en el inicio de una apertura en este reino ultraconservador que algunas activistas consideran como una fachada.
"He conducido desde que la prohibición (de conducir para las mujeres) se levantó" en 2018, explica esta saudita de 55 años que vive en Buraidá, una gran ciudad en el centro del país.
Recuerda que en esa época dio cursos de conducción gratuitos para ayudar a las mujeres a ponerse al volante en un país donde los transportes públicos son casi inexistentes.
La concesión de esta nueva libertad fue una de las reformas destacadas emprendidas en esta monarquía del Golfo bajo el impulso del joven y poderoso príncipe heredero, Mohamed bin Salmán.
Después, las sauditas obtuvieron muchos otros derechos, afirma Wabili.
Ahora son "embajadoras, ministras adjuntas, miembros de consejos de administración de bancos, directoras de universidad" o incluso astronautas, en referencia a Rayyanah Barnawi, la primera mujer árabe enviada al espacio el pasado mayo.
Con la abolición de la policía de la moral, la autorización de la mezcla de sexos en los eventos públicos y el fin de la obligación de llevar el manto de abaya tradicional, una vestimenta que cubre el cuerpo, la sociedad saudita puede dar la impresión de haber cambiado.
Pero las militantes de derechos humanos que viven en el extranjero presentan un balance distinto y denuncian la represión que sufren las voces críticas.
"Cada vez más mujeres están en prisión por no llevar la abaya, por haber bailado en público o simplemente por compartir su opinión en Twitter", afirma Lina al Tathlul, de la asociación de defensa de derechos humanos ALQST en Londres.
"Sí, hay cambios sociales" pero las sauditas viven "en un miedo constante de no saber realmente (...) qué está permitido y qué no".
- Participación económica -
Las autoridades subrayan los progresos logrados y la ambición de convertir a la monarquía petrolera, durante largo tiempo cerrada a los visitantes, en un destino turístico y de negocios.
En eventos internacionales como el Foro Económico de Davos han destacado el fuerte aumento del número de mujeres en la población activa: del 16% en 2016 al 37% en la actualidad.
"Después de su decisión sobre la conducción, todas las políticas aplicadas permitieron hacer evolucionar el papel tradicional de la mujer en la sociedad", argumenta el analista saudita Najah al Otaibi, instalado en Londres.
Desde que descienden del avión en Riad, los visitantes son recibidos por agentes femeninas sonrientes y perfectamente angloparlantes.
Durante su estancia pueden ver a mujeres conduciendo taxis privados, trabajando como mecánicas en garajes o incluso a los mandos de un tren de alta velocidad que lleva a los peregrinos a La Meca, la ciudad santa del islam.
- "Ilusión" -
Pero en los hogares, la realidad es a veces distinta.
"Todas estas reformas están (...) en el papel. Esto no quiere decir necesariamente que se apliquen en la práctica", objeta la investigadora Sussan Saikali del Arab Gulf States Institute en Washington.
Presentada como "progresista" por Riad, una ley muy esperada sobre el estado civil adoptada en 2022 recibió críticas de la oenegé Human Rights Watch, que ve "disposiciones discriminatorias hacia las mujeres respecto al matrimonio, el divorcio y las decisiones relativas a los hijos".
Según la militante saudita Hala al Dossari, también residente en Estados Unidos, "nada ha cambiado" en las familias más conservadoras, donde las mujeres siguen estando a merced de su tutor masculino.
Algunas creyeron en "la ilusión de que gracias a la flexibilización de las restricciones sobre el código de vestimenta y la mezcla de sexos, podrían actuar más libremente", explica.
"Desgraciadamente, muchas de ellas han sido víctimas de la opresión del Estado o de su propia familia", asegura.
En noviembre de 2022, Manahel al Otaibi fue detenida tras haber publicado mensajes en las redes sociales en los que criticaba las leyes sobre la tutela masculina o la abaya.
Esta saudita de unos treinta años fue acusada de lanzar una "campaña de propaganda" y presentada ante una corte penal especializada establecida en 2008 para ocuparse de casos vinculados al terrorismo, aunque también muy utilizada para juzgar disidentes políticos y militantes de los derechos humanos.