Sequía inédita en Nueva York: calores históricos en un otoño casi sin agua
El viernes, ese incendio estaba contenido en un 90 % en el lado de la frontera del condado de Passaic, Nueva Jersey, y aproximadamente en un 70 % en el condado de Orange, Nueva York
Una combinación de altas temperaturas y muy escasas lluvias han hecho que este otoño la sequía y los incendios se multipliquen tanto en Nueva York como en Nueva Jersey y han llevado a la Alcaldía de la ciudad a elevar la alerta al nivel 2 de un total de 3.
El Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY) ha respondido a 271 incendios forestales entre el 29 de octubre y el 12 de noviembre en toda la ciudad, la cantidad más alta en un período de dos semanas en la historia de la ciudad de Nueva York, según los funcionarios.
La semana pasada, por ejemplo, el cuerpo de Bomberos de la ciudad de Nueva York tuvo que aplacar incendios en zonas boscosas de Inwood Hill Park, (extremo norte de Manhattan), y de Prospect Park, en Brooklyn.
Mientras que el incendio forestal de Jennings Creek, a lo largo de la frontera entre Nueva Jersey y Nueva York, es el mayor registrado en el estado de Nueva York en 16 años.
El viernes, ese incendio estaba contenido en un 90 % en el lado de la frontera del condado de Passaic, Nueva Jersey, y aproximadamente en un 70 % en el condado de Orange, Nueva York. El humo del incendio llegó hasta los rascacielos de Manhattan.
En la lucha contra el incendio, un bombero voluntario de 18 años, llamado Dariel Vásquez, murió el 8 de noviembre mientras limpiaba un área boscosa cuando un árbol cayó y lo golpeó.
Una sequía histórica
Las condiciones de sequía en el noreste de Estados Unidos son las peores para esta época del año desde 2016. Tanto la ciudad de Nueva York como Filadelfia (Pensilvania) y Bridgeport (Connecticut), tuvieron sus octubres más secos registrados desde entonces, según el Centro Climático Regional del Noreste.
Mientras que las condiciones en Nueva Jersey son las más secas en casi 120 años, de acuerdo con el Servicio de Bomberos Forestales de ese estado. Nueva Jersey recibió medio milímetro de lluvia en octubre, cuando lo normal son 10,64 cm.
La Gran Manzana no vio caer agua los primeros 29 días de octubre, y ese día apenas cayeron 0,02 cm de lluvia. Desde entonces, Nueva York solo ha vuelto a ver una ligera llovizna, aunque se espera que al final de esta semana vuelva a haber precipitaciones.
El período más largo de días consecutivos sin lluvia registrado en Central Park es de 36, registrado en el otoño de 1924.
A la sequía hay que sumarle las altas temperaturas de este otoño en Estados Unidos, lo que seca los suelos y la vegetación, aumentando así el riesgo de incendios forestales en todo el noreste.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, el país norteamericano tuvo su segundo octubre más cálido desde que se llevan registros. Nueva Jersey y Delaware registraron su octubre más caluroso.
Cautela a la hora de consumir agua
Las altas temperaturas y falta de lluvia no se han traducido en menos consumo de agua, por lo que las autoridades han pedido a los ciudadanos que empiecen a tomar algunas medidas de austeridad.
Una emergencia de sequía podría llevar a la ciudad de Nueva York a imponer restricciones obligatorias en el uso del agua, y hasta el momento la Gran Manzana ha elevado la alerta al nivel 2 (de 3) -su primera en más de 20 años-, hasta pasar al grado de advertencia, previo al de emergencia.
El alcalde Eric Adams pidió este mes a los neoyorquinos que tomaran duchas más cortas y arreglaran los grifos y tuberías que gotean. Ayer ordenó parar la limpieza de calles con agua, limitar el riego de los campos de golf, dejar de lavar los miles vehículos municipales y las estaciones de metro y cerrar fuentes ornamentales.
El demócrata fue un paso más lejos para prevenir incendios y anunció una nueva prohibición de hacer parrilladas en los parques de la ciudad. Nueva Jersey y Connecticut ya sufren este tipo de restricciones desde octubre. Es por el momento la única orden dirigida a los ciudadanos, poco acostumbrados a la sequía en una ciudad donde la lluvia nunca ha faltado.