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ONU intenta trazar una visión sobre el futuro

El principal bloque de países en desarrollo en la ONU —el Grupo de los 77, que ahora tiene 134 miembros, incluida China— refrendó a Guterres en un discurso del primer ministro de Uganda, Robinah Nabbanja.

La secretaria de Exteriores de México, Alicia Bárcena, habla en la Asamblea General de Naciones Unidas durante la Cumbre del Futuro, el domingo pasado. (AP Foto/Frank Franklin II)(AP Foto/Frank Franklin II)

La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó un Pacto para el Futuro para abordar los desafíos del siglo XXI. Ahora viene la parte difícil, unir a las divididas naciones del mundo para que actúen deprisa y apliquen sus 56 puntos.

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, dio las gracias al organismo global de 193 miembros por aprobar el pacto y abrir la puerta a que los países unan fuerzas para enfrentar desafíos como el cambio climático y la inteligencia artificial, conflictos en alza y la creciente desigualdad y pobreza, y así mejorar las vidas de los más de 8,000 millones de personas del planeta.

“Estamos aquí para recuperar al multilateralismo del borde del precipicio”, dijo. “Ahora nuestro destino común es avanzar en ello. Eso requiere no sólo acuerdo, sino acción”.

El pacto de 42 páginas se aprobó en la apertura del domingo de una “Cumbre del Futuro”, un evento de dos días que continuaba el lunes. Entre los líderes que tenían previsto intervenir en la cita estaban el iraní Masoud Pezeshkian; el ucraniano Volodymyr Zelenskyy; el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el viceministro ruso de Exteriores, Sergey Vershinin.

Rusia intentó cambiar el pacto

Que el pacto fuera a aprobarse aún estaba en duda cuando comenzó la reunión de la asamblea del domingo. De hecho, había tanto suspenso que Guterres tenía tres discursos preparados, uno para la aprobación, otro para el rechazo y otro por si la situación no estaba clara, indicó el vocero de la ONU Stephane Dujarric.

El viceministro ruso Vershinin hizo las primeras objeciones. Presentó una enmienda que habría aguado el pacto de forma significativa. “Nadie está contento con este pacto”, afirmó.

Resultó que se equivocaba. Las 54 naciones de África se opusieron a las enmiendas de Rusia y en una intervención en su nombre, la República del Congo respondió con una moción para no votar las enmiendas. México apoyó a los africanos, y en una votación sobre su propuesta, los africanos consiguieron apoyo de 143 países, con apenas seis países apoyando a Rusia: Irán, Bielorrusia, Corea del Norte, Nicaragua, Sudán y Siria. Quince países se abstuvieron.

Entonces el presidente de la asamblea, Philémon Yang, planteó una votación sobre el pacto e hizo sonar su martillo, una alusión al consenso de todos los estados miembros necesario para aprobarlo, ante un entusiasta aplauso.

Rusia ha ganado una influencia significativa en países africanos como Mali, Burkina Faso, Níger y la República Centroafricana, y algunos diplomáticos y expertos interpretaron el rechazo del continente a sus enmiendas junto con México, una importante potencia latinoamericana, como un revés para Moscú.

El secretario general lanza un desafío

Guterres, claramente aliviado con el resultado, planteó entonces un desafío a los líderes: aplicar el pacto. Priorizar el diálogo y las negociaciones. Poner fin a las “guerras que desgarran nuestro mundo” desde Oriente Medio a Ucrania y Sudán. Reformar el poderoso Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Acelerar las reformas del sistema financiero internacional. Acelerar la transición para alejarse de los combustibles fósiles. Escuchar a los jóvenes e incluirlos en la toma de decisiones.

El principal bloque de países en desarrollo en la ONU —el Grupo de los 77, que ahora tiene 134 miembros, incluida China— refrendó a Guterres en un discurso del primer ministro de Uganda, Robinah Nabbanja.

“Este pacto no debe convertirse en otro ejercicio fútil, sino recabar voluntad política y compromiso en todos los niveles del liderazgo global para abordar de forma pragmática asuntos actuales y sentar las bases para las soluciones de nuestro progreso y los desafíos globales futuros”, dijo.

Nabbanja recalcó que el futuro debe estar “libre de cualquier opresión” y cerrar las amplias diferencias entre los países desarrollados y en desarrollo. El G77 lamenta que el pacto no reconozca acciones que deben tomar los países desarrollados para cerrar la brecha, señaló.

En una inusual iniciativa en una reunión de alto nivel de la ONU, en la que a menudo los líderes rebasan el tiempo límite anunciado, Yang anunció al inicio que los discursos se pondrían en silencio después de cinco minutos. Entre los que siguieron hablando una vez se silenciaron sus micrófonos estaban el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; el príncipe heredero de Kuwait, el jeque Sabah Khalid Al Sabah, y el presidente de Irlanda, Michael Higgins.

Una larga lista de asuntos que abordar

El Pacto para el Futuro dice que los líderes se reúnen “en un momento de profunda transformación global” y advierte de “crecientes riesgos catastróficos y existenciales” que podrían sumir a la gente en todo el mundo “en un futuro de crisis y colapso persistente”.

Guterres mencionó varias cláusulas clave del pacto y sus dos anexos, el Pacto Digital Mundial y la Declaración sobre Generaciones Futuras.

El plan compromete a los líderes globales a reformar el Consejo de Seguridad de 15 miembros para hacerlo más reactivo al mundo actual y “corregir la injusticia histórica contra África”, que no tiene un puesto permanente, así como abordar la baja representación de la región de Asia-Pacífico y América Latina.

También “representa el primer apoyo multilateral acordado de apoyo al desarme nuclear en más de una década”, dijo Guterres, con un compromiso de tomar “medidas para evitar una carrera armamentística en el espacio exterior y gobernar el uso de las armas autónomas letales”.

El Pacto Digital Mundial “incluye el primer acuerdo realmente universal sobre la gobernanza internacional de la inteligencia artificial”, indicó el jefe de Naciones Unidas.

En cuanto a derechos humanos, dijo Guterres, “ante un incremento de la misoginia y una retirada de los derechos reproductivos de las mujeres, los gobiernos se han comprometido de forma explícita a eliminar las barreras legales, sociales y económicas que impiden que mujeres y niñas desarrollan su potencial en todos los ámbitos”.