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AGRICULTURA 

Unos 4 millones de hectáreas se han quemado en Bolivia en lo que va de año

En Bolivia, los incendios están fuera de control y han arrasado 3,8 millones de hectáreas de tierras en lo que vas del año, superando las cifras de 2023. Los ambientalistas denuncian la inacción del Estado para proteger las áreas boscosas ante la expansión de la frontera agrícola.

Las papas se secan al sol después de estar expuestas a dos noches de frío extremo en la montaña La Cumbre, en las afueras de La Paz, Bolivia. AP/Juan Karita

RADIO FRANCIA INTERNACIONALBolivia

Año tras año, la misma catástrofe ambiental se repite en Bolivia. Durante la temporada seca, millones de hectáreas de vegetación se esfuman a causa de incendios causados por el hombre. En lo que va del año, de los casi 4 millones de hectáreas quemados el 60% son pastizales. 

El gobierno de Luis Arce ha pedido ayuda internacional para luchas contra los fuegos y varios departamentos han cerrado las escuelas a causa de la contaminación del aire saturado de humo.

En este contexto, varios ambientalistas denuncian la falta de regulación del chaqueo, práctica ancestral de tala roza y quema con fines agrícolas pero que a veces se sale de control, denuncian varios ambientalistas.

“Estos últimos 15 años, el gobierno ha dado muchas alas a los productores tanto pequeños como medianos. Les ha dotado de tierras con normativas que llamamos 'incendiarias' para que puedan producir a pequeña escala. A eso vamos a sumarle una sequía marcada. Estos agricultores empiezan a prender fuego porque es una forma de limpiar el suelo para sembrar el pasto para la ganadería o de repente algún cultivo como soja, girasol o maíz”, constata Sandra Quiroga, activista ecologista e ingeniera ambiental en Santa Cruz, el corazón agrícola del país y también la región más afectada por los incendios con 3 millones de hectáreas quemadas.

“Y con la poca cantidad de recursos humanos y económicos que tiene el Departamento de Santa Cruz y los municipios, pasan los desastres que están pasando en este momento”, lamenta Sandra Quiroga, entrevista por Radio Francia Internacional.

Actualmente, las normas bolivianas permiten desmontar hasta 20 hectáreas en cada propiedad familiar. Pero la ingeniera ambiental lamenta la mala aplicación de la ley.

Un dictamen de la Procuraduría nacional de Bolivia de enero de 2024 sobre quemas y chaqueos ilegales en Santa Cruz en 2023 fue suspendido tras una reunión entre la Procuraduría y el gremio agroindustrial de la Federación de ganaderos de Santa Cruz Fegasacruz. Según Sandra Quiroga, “la corrupción está muy grande y el tráfico de tierras es uno de los elementos fundamentales no solo en Paraguay y en Brasil”.

Si bien se apunta muchas veces a los agricultores andinos instalados en la región de Santa Cruz como responsables de los incendios, la extensión de la frontera agrícola beneficia económicamente no solo a los pequeños productores sino también al sector agroindustrial que produce soja y biocombustibles: las áreas cultivadas fueron multiplicadas por 11 desde los años 80 en Santa Cruz, según la fundación boliviana Tierra.

Esta tendencia ha tenido un impacto directo en los ecosistemas: más de 6 millones de hectáreas fueron deforestados en 1990 y 2018, según cálculos de la fundación Tierra, basada en mapas satelitales. “Los bosques son muy difíciles de recuperar”, advierte Sandra Quiroga. La ingeniera ambiental alerta también sobre la destrucción del Pantanal, zona húmeda que Bolivia comparte con Brasil. “Ahora esos humedales vienen incendiándose desde hace 72 días y hay zonas donde no se puede ingresar ni por tierra ni por suelo”.

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