EEUU estudia crear una operación de paz de la ONU en Haití para luchar contra las pandillas

“Una operación de mantenimiento de la paz es una de las formas en que podríamos lograrlo”, dijo Nichols a los periodistas. “Pero estamos considerando múltiples opciones”.

La gente protesta para que la policía y el primer ministro tomen medidas inmediatas contra las pandillas en Puerto Príncipe.

La gente protesta para que la policía y el primer ministro tomen medidas inmediatas contra las pandillas en Puerto Príncipe.AP

Estados Unidos está considerando una operación de mantenimiento de la paz de la ONU en Haití como una forma de asegurar fondos y personal para una misión liderada por Kenia desplegada para sofocar la violencia de pandillas en el país caribeño, dijo el miércoles un alto diplomático estadounidense.

Brian A. Nichols, secretario adjunto de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, habló horas después de que The Miami Herald informará que la administración del presidente estadounidense Joe Biden está considerando la posibilidad de una operación tradicional de mantenimiento de la paz de la ONU, dado el financiamiento y el equipo limitados disponibles para la misión actual.

“Una operación de mantenimiento de la paz es una de las formas en que podríamos lograrlo”, dijo Nichols a los periodistas. “Pero estamos considerando múltiples opciones”.

El Consejo de Seguridad de la ONU tendría que votar en última instancia sobre una misión de mantenimiento de la paz, pero los expertos han dicho que es poco probable que la apoye y señalan que muchos haitianos probablemente se opondrían a ella dada la introducción de casos de cólera y abusos sexuales que ocurrieron la última vez que las tropas de la ONU estuvieron en Haití.

Cuando se le preguntó sobre una posible misión de mantenimiento de la paz, un portavoz de la ONU se limitó a decir que “sería una decisión del Consejo de Seguridad”.

Nichols señaló que la actual misión respaldada por la ONU en Haití depende de contribuciones voluntarias, y que hasta el momento Estados Unidos y Canadá aportan la mayor parte de la financiación.

En la actualidad, unos 400 policías kenianos se encuentran en Haití , pero la misión también prevé el despliegue de policías y soldados de Bahamas, Bangladesh, Barbados, Benin, Chad y Jamaica, con lo que se alcanzaría un total de 2.500 efectivos. El despliegue se haría en fases que costarían unos 600 millones de dólares al año. En la actualidad, la ONU ha prometido 85 millones de dólares para la misión, de los cuales ya se han recibido 68 millones.

Sin embargo, las contribuciones al fondo de la ONU para la misión han sido limitadas y los haitianos se quejan de que no han visto una disminución en la violencia de las pandillas desde que llegó el primer contingente de kenianos a finales de junio.

“Necesitamos que el resto de la comunidad internacional realice contribuciones financieras mucho más significativas para que la fuerza pueda seguir operando y que más naciones puedan desplegar sus unidades como parte de la (misión)”, dijo Nichols.

Habló un día antes de la visita programada del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, a Haití el jueves y después a la vecina República Dominicana.

Se espera que Blinken se reúna con el primer ministro haitiano, Garry Conille, y un consejo presidencial de transición e impulse el nombramiento de un consejo electoral provisional para que Haití pueda celebrar las tan esperadas elecciones.

“El primer ministro está preocupado por el futuro, y con razón, pero creo que hemos avanzado bastante desde principios de año”, dijo Nichols.

Haití celebró sus últimas elecciones presidenciales en noviembre de 2016, pero la violencia de pandillas y la agitación política impidieron la celebración de elecciones desde entonces.

En julio de 2021, el expresidente Jovenel Moïse fue asesinado y, en el vacío político que siguió, la violencia de las pandillas aumentó. En febrero, las pandillas lanzaron ataques coordinados contra infraestructuras gubernamentales clave para impedir el regreso del exprimer ministro Ariel Henry, que se encontraba en Kenia para hablar sobre la próxima misión.

Las pandillas allanaron más de dos docenas de comisarías, abrieron fuego contra el principal aeropuerto internacional, obligándolo a cerrar durante casi tres meses, y asaltaron las dos mayores cárceles de Haití, liberando a miles de reclusos.

Henry, que no pudo regresar a Haití, dimitió en abril. Posteriormente se creó un consejo presidencial de transición que nombró a Conille como primer ministro.

“Hemos recorrido un largo camino desde esos momentos tan oscuros”, dijo Nichols, señalando que la policía y el ejército de Haití lanzaron recientemente su primera operación conjunta con los kenianos, “persiguiendo a las pandillas y sus líderes de una manera que no ha sucedido en años”.

Sin embargo, las bandas siguen controlando el 80% de la capital, Puerto Príncipe, y sus líderes siguen ordenando ataques en las zonas aledañas. Entre enero y mayo, más de 3.200 personas fueron asesinadas y la violencia dejó a más de medio millón de personas sin hogar en los últimos años.

Los esfuerzos por avanzar en el plano político también se han estancado, y el consejo de transición de Haití se encuentra ahora envuelto en un escándalo de corrupción de alto perfil. Tres de sus nueve miembros han sido acusados de exigir más de 750.000 dólares al director del Banco Nacional de Crédito, propiedad del gobierno, para asegurar su puesto. El director ha dimitido desde entonces, y los tres miembros del consejo han negado las acusaciones de que el gobierno está investigando.

“El pueblo haitiano merece transparencia y buen gobierno, y la comunidad internacional, que brinda buena asistencia, también necesita ver eso”, dijo Nichols.

Después de visitar Haití, se espera que Blinken se reúna con el presidente dominicano Luis Abinader, quien ha prohibido a los haitianos volar al país y está construyendo una valla a lo largo de la frontera que ambas naciones comparten en la isla La Española.

Nichols dijo que Estados Unidos espera ver relaciones más normales entre los dos países, “pero obviamente esas son decisiones soberanas”.