Así es Espíritu Santo, la isla remota de El Salvador que se mantiene haciendo aceite de coco

El mayor atractivo de la isla es una extensa área de cultivo de palmeras de coco de 1.700 manzanas (1.190 hectáreas) junto con una fábrica de procesamiento y elaboración de aceite de coco

Isla Espíritu Santo

Dos personas trabajan clasificando cocos que serán utilizados para elaboración de aceite o productos alimenticios en la cooperativa El Jobal, el 25 de junio de 2024, en la Isla Espíritu Santo (El Salvador).EFE

La elaboración de aceite de coco es el sostén económico de los habitantes de una comunidad rural asentada en la remota Isla Espíritu Santo, a 123 kilómetros de la capital de El Salvador, una actividad que además la ha convertido en el referente del país en la producción de este producto.

Esta isla, también conocida como El Jobal y en la que habitan aproximadamente 2.000 personas, se ubica en la bahía de Jiquilisco, en el departamento de Usulután (este), y solo se puede acceder por medio de transporte marítimo.

El mayor atractivo de la isla es una extensa área de cultivo de palmeras de coco de 1.700 manzanas (1.190 hectáreas) junto con una fábrica de procesamiento y elaboración de aceite de coco para diversos usos, como el cosmético o cocina.

Una palmera alcanza una altura de 20 a 30 metros y las condiciones óptimas para el cultivo del coco son las condiciones climáticas tropicales, como las de la Isla Espíritu Santo porque la palma es una planta extremadamente sensible a las heladas.

La Cooperativa El Jobal es la encargada de la producción industrial de aceite y harina de coco, cuyo uso es de panadería y concentrado porcino.

Salvador Panameño, trabajador y miembro de la cooperativa, explicó a EFE que el proceso para la elaboración del aceite es el cortado del coco, luego un grupo de mujeres se encarga de amontonar, seleccionar y extraer la "comida" del coco.

Luego esta se coloca sobre una superficie al aire libre para que reciba en sol entre siete y ocho días para que se seque y luego pasa a su procesamiento en una fabrica de más de 50 años, comentó Panameño.

La cooperativa también vende cocos a habitantes locales que se dedican a la elaboración de conserva de coco, un dulce típico de este país centroamericano, y a comerciantes de mercados.

De aceite, la cooperativa vende a empresas privadas entre tres y diez toneladas; además la fábrica da trabajo a un aproximado de 11 personas más los 170 socios que integran la sociedad, detalló Panameño.

Los habitantes de la Isla Espíritu Santo también realizan las actividades de pesca y extracción de conchas para sostenerse económicamente.

En la modesta comunidad no se observan coches y el medio de transporte interno son motocicletas adaptadas para llevar a pasajeros, el caballo y bicicletas.

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