Unos 1,700 millones de personas en áreas urbanas sufren inseguridad alimentaria
Del estudio se desprende que la inseguridad alimentaria es mayor entre las mujeres "debido a los riegos asociados a las diferencias en educación, ingresos, oportunidades, capital y redes sociales y derechos"
Unos 1.700 millones de personas que viven en áreas urbanas y periurbanas en el mundo están en situación de inseguridad alimentaria, lo que supone tres cuartos de la población total que la padece, revela un informe de Naciones Unidas difundido este martes.
"No podemos ignorar la necesidad de intervenciones y e inversiones específicas", señaló en un comunicado el Grupo de alto nivel de expertos en seguridad alimentaria y nutrición del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA), autores de este estudio.
El documento, titulado "el fortalecimiento de los sistemas urbanos y periurbanos para alcanzar la seguridad alimentaria y afianzar la nutrición en el contexto de la urbanización y la transformación rural", subraya "la necesidad urgente de políticas orientadas a abordar las complejidades de los sistemas alimentarios urbanos", según Jane Battersby, autora principal del informe.
También "proporciona una hoja de ruta para los responsables políticos para garantizar que nadie se quede atrás en un mundo sumido en un proceso de urbanización", añadió la experta en un comunicado.
Del estudio se desprende que la inseguridad alimentaria es mayor entre las mujeres "debido a los riegos asociados a las diferencias en educación, ingresos, oportunidades, capital y redes sociales y derechos".
Además, la malnutrición en áreas urbanas y periurbanas "está moldeada por los sistemas alimentarios y otros factores como la vivienda, el agua, la energía, el saneamiento, los residuos y el transporte".
Y destaca cómo estas regiones son lugares de innovación y oportunidades económicas y epicentros de nuevos hábitos alimentarios, ya que las dietas urbanas "tienen más alimentos de origen animal, frutas y verduras, aceites, azúcar, sal, así como alimentos ultraprocesados".
Este "patrón dietético" tiene algunas ventajas para las poblaciones urbanas por un mayor consumo de frutas y verduras, pero también se caracteriza por un mayor uso de aceites, azúcar, sal y alimentos ultraprocesados en las dietas, lo que, combinado con menos actividad física, lleva a un aumento del sobrepeso y la obesidad, incluida la infantil.
En este sentido, la prevalencia de la obesidad "ha aumentado en las últimas décadas tanto en los países de altos ingresos como en los de ingresos bajos y medios, donde está aumentando particularmente rápido".
El informe proyecta que los países de ingresos bajos y medios representarán tres cuartas partes de la población mundial obesa para 2025 y en este caso también, se indica que las mujeres tienen tasas de obesidad "mucho más altas que los hombres".
En los capítulos del documento se profundiza en los desafíos y las oportunidades que presenta el sistema alimentario, así como los problemas de gobernanza e instrumentos políticos para el cambio, y se enfatiza en la importancia de la "gobernanza multinivel" y la necesidad de "abordar las desigualdades estructurales".
Entre los objetivos que plantea el estudio se encuentran la integración del sistema alimentario en la planificación urbana, enfocar las políticas alimentarias en dietas asequibles, saludables y nutritivas y proteger los derechos de trabajadores en los sistemas alimentarios, entre otros.