crisis haití
EE.UU. admite falta mucho por hacer en Haití
El contingente de policías de Kenia arribó este martes al aeropuerto Toussaint Louverture
El encargado para Latinoamérica del Departamento de Estado estadounidense, Brian Nichols, destacó este martes la llegada de un contingente de 400 policías kenianos para apoyar a la Policía Nacional de Haití a frenar la violencia de las bandas armadas, pero admitió que se debe “hacer aún más”.
“Hay unos pasos muy importantes con la llegada de las fuerzas de Kenia para apoyar al Gobierno y a la Policía de Haití”, dijo Nichols, después de participar del XIV Foro del Sector Privado de las Américas celebrado en la ciudad paraguaya de Luque, en la jornada previa a la apertura de la 54 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Paraguay.
Además, resaltó la instalación, hace unas semanas, del nuevo primer ministro de Haití, Garry Conille, y de su gabinete.
“Yo creo que las cosas están avanzando, pero eso significa que tenemos que hacer aún más para el pueblo haitiano, para que regresen a la democracia plena y seguridad completa para la gente común y corriente en la calle”, agregó.
El contingente de policías arribó este martes al aeropuerto Toussaint Louverture de Puerto Príncipe en un vuelo de la aerolínea de bandera nacional Kenya Airways que había partido del aeródromo Internacional Jomo Kenyatta.
“Prestar apoyo”
Estados Unidos patrocina una propuesta de resolución de la Asamblea General en respaldo a la misión multinacional de seguridad liderada por Kenia, cuyo texto invita a los Estados miembros de la OEA a que “presten apoyo” a dicha misión y a que “se comprometan a reforzar la capacidad operativa e institucional de las fuerzas de seguridad haitianas con contribuciones materiales y en especie”. Los países de la OEA siguen negociando el contenido de la resolución, en la que el Gobierno argentino de Javier Milei ha pedido suprimir una referencia a la “violencia sexual y de género” que se sufre en Haití.
Kenia, cuyo texto invita a los Estados miembros de la OEA a que “presten apoyo” a dicha misión y a que “se comprometan a reforzar la capacidad operativa e institucional de las fuerzas de seguridad haitianas con contribuciones materiales y en especie”.
Los países de la OEA siguen negociando el contenido de la resolución, en la que el Gobierno argentino de Javier Milei ha pedido suprimir una referencia a la “violencia sexual y de género” que se sufre en Haití.
Compartir detalles
Romain Le Cour, experto sénior de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Trasnacional, hizo un llamado a la comunidad internacional y funcionarios gubernamentales para compartir detalles, incluidas las reglas de combate y el concepto de operación de la misión.
“¿Qué va a pasar con respecto a las pandillas?”, cuestionó. “¿Es una misión estática? ¿Es una misión dinámica? Todos esos detalles aún se desconocen, y creo que ya es tiempo de que realmente haya transparencia”.
Le Cour dijo que la reacción de las bandas a la misión es difícil de predecir. “Algunas podrían luchar. Otras podrían querer negociar y entablar un diálogo con el gobierno haitiano”, indicó.
En un video reciente, Jimmy Chérizier, un expolicía de élite que ahora dirige una poderosa federación de pandillas conocida como Familia G9 y Aliados, se dirigió por primera vez al nuevo primer ministro.
“No haga el juego a los políticos y empresarios tradicionales, que utilizaban la violencia con fines políticos y económicos”, dijo Chérizier, más conocido como Barbecue. “El problema que existe hoy sólo puede resolverse mediante el diálogo”.
Contratiempos
Los críticos afirman que los ataques coordinados de las pandillas, que comenzaron el 29 de febrero, pudieron haberse evitado si la fuerza extranjera hubiera sido desplegada antes, pero distintos contratiempos, incluida una objeción legal presentada en Kenia y la agitación política en Haití, retrasaron su llegada.
Violencia
La violencia de las pandillas ha persistido, y los expertos afirman que continuará a menos que el gobierno aborde también los factores socioeconómicos que alimentan la existencia de estos grupos en un país profundamente empobrecido, con un departamento de policía que carece de personal y recursos suficientes.