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El líder de la extrema derecha busca tranquilizar a los votantes
Jordan Bardella podría convertirse en primer ministro si los votantes eligen por mayoría a los candidatos de su partido, la Agrupación Nacional.
El líder de la extrema derecha de Francia, Jordan Bardella, intentó tranquilizar el lunes a los votantes franceses, a los socios europeos y a los observadores internacionales afirmando que su posible gobierno llevará a cabo políticas económicas “realistas” y “no debilitaría” la voz del país en el extranjero, si su partido gana las próximas elecciones parlamentarias.
Bardella, que podría convertirse en primer ministro si los votantes eligen por mayoría a los candidatos de su partido, la Agrupación Nacional, en las elecciones parlamentarias a dos vueltas del 30 de junio y el 7 de julio, dio a conocer su programa en una rueda de prensa.
Las encuestas muestran que el resultado de las elecciones anticipadas —convocadas por el presidente Emmanuel Macron después de que su alianza centrista sufriera una importante derrota en las elecciones al Parlamento Europeo de este mes— es incierto. Macron se enfrenta a la Agrupación Nacional y al Nuevo Frente Popular, una coalición de partidos de extrema izquierda y centro-izquierda.
afaboe, sonriente y desenvuelto
Vestido con un impecable traje gris y corbata negra, Bardella se mostró notablemente afable, sonriente y desenvuelto. Trataba de proyectarse como un líder nacional en potencia a pesar de su absoluta falta de experiencia en el gobierno y de su edad, que, con 28 años, le convertiría con diferencia en el primer ministro más joven de la historia de Francia.
Prometió aplicar políticas económicas “realistas y creíbles” en medio de las críticas de la Unión Europea por el excesivo endeudamiento de Francia.
“Hay que tener en cuenta el empeoramiento de la situación presupuestaria del país, con 300.000 millones (de euros) de deuda adicional en los dos últimos años y déficits públicos y comerciales récord”, dijo.
Bardella prometió “defender el poder adquisitivo” reduciendo los impuestos sobre los carburantes, el gas y la electricidad. También prometió rebajas fiscales para las empresas, si aumentan hasta un 10% los salarios de sus empleados con sueldos bajos y medios.
Prometió echar atrás los cambios de Macron en materia de pensiones, que elevaron la edad de jubilación a 64 años el año pasado, y volver a situarla en 62, a condición de que se trabaje al menos 42 años.