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Arévalo afirma que encontró un “estado semidestruido”

Las voces más extremas piden que Arévalo use al Ejército o a la policía para sacar, por la fuerza a la fiscal general Consuelo Porras, sancionada por el gobierno estadounidense y otros 40 países por obstaculizar la lucha anticorrupción y socavar la democracia del país.

El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, gesticula durante una entrevista en el Palacio Nacional de Ciudad de Guatemala, el jueves 20 de junio de 2024.

El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, gesticula durante una entrevista en el Palacio Nacional de Ciudad de Guatemala, el jueves 20 de junio de 2024.(AP Foto/Santiago Billy)

El presidente guatemalteco Bernardo Arévalo está por cumplir seis meses en el cargo y su gestión no ha sido fácil, pues se enfrenta a la oferta de campaña de sacar del cargo a la fiscal general —señalada por obstaculizar la lucha anticorrupción—, y a una dura oposición política que dificulta la ejecución de los cambios que quiere hacer en un Estado que, dice, encontró “semidestruído”.

“Lo que más me ha impactado es ver cómo la corrupción ha impactado en la capacidad ejecutora de todas las instituciones del país, los niveles de abandono y disfuncionalidad de las instituciones es terrible”, dice Arévalo.

En su despacho presidencial, Arévalo concedió una entrevista a The Associated Press, tras una conferencia de prensa en la que habló de una alianza público-privada para el rescate del Aeropuerto Internacional La Aurora que, a falta de mantenimiento, se ha convertido en un foco de corrupción.

Arévalo acepta que la población quiere respuestas rápidas a las promesas que se hicieron en campaña política, y cuando demoran empiezan a mermar su nivel de aceptación entre la población.

Las promesas se centraron en limpiar de la corrupción al Estado y expulsar del Ministerio Público a la fiscal general Consuelo Porras, y aunque Porras hoy sigue en el puesto.

“Tenemos un compromiso fundamental con el sistema democrático y no vamos a recurrir a medidas no democráticas para rescatar la democracia”, dice Arévalo, a la vez que asegura que no usará al ejército “para sacar a sombrerazos a la gente del MP”.

Voces extremas

Las voces más extremas piden que Arévalo use al Ejército o a la policía para sacar, por la fuerza a Porras, sancionada por el gobierno estadounidense y otros 40 países por obstaculizar la lucha anticorrupción y socavar la democracia del país.

Porras —electa legalmente por el ex presidente guatemalteco Alejandro Giammattei para cuatro años que terminan en 2026— ha criminalizado a opositores políticos al partido Movimiento Semilla, que llevó al poder a Arévalo, al mismo presidente y su vicepresidenta Karin Herrera, así como a periodistas y exoperadores de justicia exiliados que denunciaron ser perseguidos por haber investigado actos de corrupción.

Arévalo no la desconoce como la piedra en su zapato y la responsabiliza de no avanzar en las investigaciones por actos de corrupción en distintos casos; su gobierno ha presentado 103 denuncias por actos de corrupción.

“La gente quisiera ver que se está castigando a los corruptos, en eso nosotros damos el primer paso (denunciar)... pero todos van a parar al dique del Ministerio Público, en donde no hay investigación de denuncias de este tipo y otra serie de cuestiones”, dice Arévalo.

El presidente también cuestionó la institucionalidad en Guatemala. “Aquí tenemos un estado cooptado y corrupto, producto de 30 años de asalto al poder”, opina y agrega que hay un Ministerio Público tomado y un Congreso que bloquea algunos planes.

Además, se refirió a la obra pública necesaria en el país. “La gente necesita ver que se responde a las necesidades de desarrollo, que mejora la salud y la educación”, dice el presidente. Aseguró que, en ese sentido, hay avances como la readecuación de más de 4,000 escuelas en los primeros meses de gobierno, las coordinaciones de gobiernos departamentales para llevar la obra pública esas zonas y advirtió que habrá más cambios, pero primero, dice, hay que “descombrar instituciones” y volverlas funcionales.

Arévalo también esperar recurrir a los gobiernos vecinos aliados para mejorar las condiciones para los guatemaltecos. Con Xiomara Castro, presidenta de Honduras, se reunirá el fin de semana para firmar acuerdos de protección fronteriza.

Adelantó también que se reunirá con el presidente mexicano saliente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), antes de que deje el cargo en octubre próximo y con la presidenta electa, Claudia Sheinbaum. El encuentro se dará, muy probablemente, en Guatemala, en el sitio arqueológico El Mirador, en Petén.

Tras la más reciente reunión entre Arévalo y AMLO en mayo, el presidente mexicano envió una misión técnica a Guatemala para apoyar en estudios de dragados de puertos guatemaltecos.

AMLO también ofreció apoyo en la construcción de una parte de su proyecto Tren Maya, que pasaría por Guatemala. “Con el Tren Maya estamos trabajando. El ofrecimiento es de todo tipo de asistencia, pero no hemos llegado a definirlo en un documento”, dijo Arévalo y agregó que la ruta del Tren Maya en Guatemala no pasa por ningún área protegida.

El presidente guatemalteco agregó que la construcción del Tren Maya ha generado trabajo para los guatemaltecos que viajaron a México para incorporarse como mano de obra. Arévalo dijo que unos 30.000 guatemaltecos están registrados en México como trabajadores temporales; algunos en la construcción del Tren Maya y otros en la industria hotelera.

El presidente también dijo que el jueves envió una carta a Su Santidad el Papa Francisco para que visité el país. “Los guatemaltecos lo están esperando”, dijo.