Los agricultores franceses plantan cara a autoridades sindicales
El principal sindicato agrícola (FNSEA) estudia la convocatoria de una gran protesta nacional. El primer ministro Attal debe entrevistarse con el presidente del sindicato en las próximas horas. Los actos de protesta aumentan especialmente en carreteras del sur de Francia como la A64.
El principal sindicato agrícola (FNSEA) estudia la convocatoria de una gran protesta nacional. El primer ministro Attal debe entrevistarse con el presidente del sindicato en las próximas horas. Los actos de protesta aumentan especialmente en carreteras del sur de Francia como la A64.
Subida de gastos, prohibición de pesticidas y competencias de productos ucranianos han quemado la paciencia del sector.
El campo contra el gobierno. Subida de gastos, prohibición de pesticidas, competencias de productos ucranianos...y así una larga lista de agravios que han quemado la paciencia de un sector que ha decidido pasar en Francia, como en otros lugares de Europa, a un nivel de presión superior hacia las administraciones.
Desde hace días han venido cortando distintos tramos de la autopista A64 , cerca de Toulouse, y de otras vías del sur del país muy próximas a la frontera con España y Andorra.
El principal sindicato agrícola (FNSEA) estudia la convocatoria de una gran protesta nacional y para mañana lunes el primer ministro, Gabriel Attal, sdebe reunirse con el presidente de FNSEA, Arnaud Rousseau, en un encuentro que demuestra como el gobierno francés ha comenzado a reaccionar ante el temor de que estalle una grave crisis.
"El hartazgo de que los agricultores han expresado desde hace meses se transforma en cólera por toda Francia. Las palabras ya no bastan", ha subrayado Arnaud Rousseau.
Por su parte, el ministro de Agricultura, Marc Fesneau, visitaba durante este fin de semana una explotación lechera y asistía a continuación a una reunión con representantes de sindicatos agrícolas para tratar sobre todo una de las demandas del sector, la de la simplificación administrativa.
Según algunas estimaciones, en 30 años, los ingresos netos habrían caído de media un 40% en el sector y los agricultores centran sus miradas contra normas europeas medioambientales que les han dejado indefensos transformándose en una ventaja desleal para la competencia.
Las cuotas de irrigación a partir de los fuertes episodios de sequía en un contexto de calentamiento global también están en su punto de mira. Los sindicatos piden al gobierno que suavice algunos de los criterios del uso agrícola del agua.
Políticamente, el gobierno teme que si esta crisis con el campo se acentúa, la ultraderecha pueda sacar buen rédito de cara a las europeas.
El objetivo del Gobierno es evitar las imágenes de los tractores bloqueando calles y carreteras como ocurre desde hace más de una semana.