En el estado New Hampshire de EEUU hay electores muy particulares

En el pequeño estado de New Hampshire, en el noreste de Estados Unidos, los electores que votarán el martes en las primarias republicanas y demócratas no se parecen en nada a los demás.

Basta mirar a los candidatos presidenciales que han visto sus ambiciones políticas reducidas a la nada a lo largo de décadas, sometidos por un electorado de alta exigencia.

Incluso los sueños del actual presidente, Joe Biden, para llegar a la Casa Blanca casi se desvanecieron después de un desastroso quinto puesto en las primarias de New Hampshire de 2020. Su campaña, considerada fría y distante, había irritado a la gente de ese estado, que concede gran importancia a la personalidad de los candidatos.

El martes, la nueva camada de candidatos presidenciales que compiten por la nominación de su partido, se enfrentarán al electorado de un estado imbuido de un feroz espíritu de independencia, que tiene por lema: "Vive libre o muere".

Más bien de edad avanzada, mayoritariamente blanco y desconfiado del gobierno federal, este estado de carácter muy rural con solo 1,4 millones de habitantes se parece en parte a Ohio o Iowa, dos estados conservadores.

Pero el electorado educado, opuesto a la Iglesia, tiene mucho en común con los estados liberales de Nueva York, Maine o Vermont.

Antiguo bastión republicano que se ha inclinado hacia la izquierda en los últimos años, es uno de los pocos donde la política local todavía puede ayudar o romper la dinámica de los candidatos.

Tomando un café

Estos últimos no aparecen necesariamente en vallas publicitarias ni en ondas de radio y televisión, sino en un bar o restaurante para charlar mientras comparten un café.

"Los votantes hacen un muy buen trabajo seleccionando candidatos en New Hampshire", dijo Amanda Wihby, responsable del Red Arrow Diner, un restaurante que se ha convertido en un popular lugar de encuentro para aspirantes a puestos de gobierno y votantes en la ciudad más grande del estado, Manchester.

"Nos tomamos muy en serio ser 'los primeros en la nación'", destacó.

Aunque se trata de las primeras elecciones primarias en Estados Unidos, New Hampshire sigue a los caucus -asambleas de miembros partidarios- de Iowa y, por tanto, es el segundo estado que vota por la nominación presidencial.

Pero New Hampshire le da en cierta medida forma al resto de la campaña como un indicador de la opinión pública más confiable que Iowa, y eso atrae a figuras estadounidenses de alto perfil.

"A menudo llegan clientes (...) y los candidatos se sientan con ellos, charlan y piden comida. O se acercan detrás del mostrador, les ofrecen café y responden a sus preguntas", explica Wihby a la AFP.

"Realmente dedican pasando tiempo. Los clientes realmente lo disfrutan. No creo que nuestros clientes pierdan de vista el hecho de que están en la primera línea de la democracia, aquí mismo en el restaurante", sostuvo la mujer.

El Red Arrow ha acogido a la mayoría de los candidatos de este año, incluidos el expresidente Donald Trump (2017-2021), la exembajadora ante la ONU Nikki Haley y el gobernador del estado de Florida, Ron DeSantis.

Y lo que está en juego en las primarias republicanas, en las que se enfrentan, es mayor que para los demócratas, ya que Joe Biden es candidato a la reelección.

Sin embargo, esta vez el presidente actual no estará en la boleta electoral, ya que el Partido Demócrata busca reformar el calendario de primarias para centrarse en estados más diversos.

Los votantes independientes llevan la voz cantante en New Hampshire. Representan una proporción mucho mayor del electorado que los republicanos o demócratas registrados.

Y, además, aquí pueden votar en cualquiera de las primarias, lo que llevó a ambos partidos a hacer una intensa campaña para obtener su apoyo.