diplomacia
Carlos III llama a los franceses a revitalizar los lazos
"Nos incumbe a todos revitalizar nuestra amistad para que esté a la altura de los desafíos del siglo XXI", declaró el soberano de 74 años, durante un brindis en la Galería de los Espejos de Versalles ante su anfitrión, el presidente francés Emmanuel Macron.
El rey británico Carlos III urgió ayer miércoles a Francia y al Reino Unido a "revitalizar" sus vínculos, durante una suntuosa cena en el Palacio de Versalles en su honor en el marco de su visita de Estado a París.
"Nos incumbe a todos revitalizar nuestra amistad para que esté a la altura de los desafíos del siglo XXI", declaró el soberano de 74 años, durante un brindis en la Galería de los Espejos de Versalles ante su anfitrión, el presidente francés Emmanuel Macron.
Carlos III llegó al trono en septiembre de 2022, tras la muerte de su madre Isabel II, y tenía previsto realizar en marzo su primer viaje al extranjero en Francia, pero un conflicto social le obligó a retrasarlo.
El primer viaje fue así a Alemania, pero la voluntad de visitar Francia se mantuvo y finalmente comenzó este miércoles, con la apretada agenda original en París y Burdeos (suroeste, el viernes), casi sin cambios.
Bajo el agradable cielo azul de la capital francesa, Emmanuel Macron y su esposa Brigitte dieron la bienvenida en la tarde a la pareja real en el Arco del Triunfo, iniciando así su visita de tres días.
Los jefes de Estado recorrieron la icónica avenida de los Campos Elíseos a bordo de un descapotable desde el que saludaron a miles de curiosos, rumbo al Palacio del Elíseo, donde se reunieron.
Al término del encuentro, Macron y Carlos III caminaron hasta la cercana embajada británica, deteniéndose a saludar a los parisinos que esperaban tras las vallas de seguridad, algunos gritando: "¡Viva el rey!".
"Tiene el listón muy alto", afirmó Ellie, una enfermera australiana de viaje por Europa. "La reina Isabel era una persona más cercana al pueblo que él".
Langosta azul y 'macaron' a la rosa
Sin embargo, el momento más esperado del día y de la visita era la recepción en el palacio de Versalles, símbolo de la realeza francesa y de la sangrienta revolución republicana de 1789, donde la pareja real fue recibida de nuevo por Emmanuel y Brigitte Macron.
El saludo entre las parejas fue cálido, y la "primera dama" francesa volvió a saludar a Camila con dos besos e incluso la ayudó a recolocar la capa de su vestido, de la casa francesa Dior, dos gestos impensables con la difunta reina Isabel II.
Políticos, empresarios y celebridades de ambos países como el actor Hugh Grant, la actriz Charlotte Gainsbourg o el cantante Mick Jagger recorrieron poco antes la alfombra roja que los llevaba al ágape de langosta azul, ave de corral de Bresse y 'macaron' a la rosa como postre.
"Cada vez que se ha querido marcar una relación privilegiada con Inglaterra, ha habido una recepción en Versalles", como en 1957 con Isabel II, un año después de la crisis del Canal de Suez, según el historiador Fabien Oppermann.
Pero la elección no estaba exenta de riesgos para Macron, en un contexto de inflación.
"No me oponía en absoluto a la visita, pero cuando ves el menú, dada la coyuntura actual, me choca un poco. Podrían haberlo hecho en el Elíseo", dijo Laurence Bos, una vecina de 68 años de Versalles ante los curiosos presentes.
"Pese al Brexit"
El viaje del rey, que mantiene una muy buena relación personal con el presidente galo, se ve también como una estrategia de 'soft power' del primer ministro británico, Rishi Sunak, para restablecer las relaciones entre ambos países.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) provocó tensiones políticas a ambos lados del canal de la Mancha sobre la pesca o la migración, entre otras, y Macron tuvo una relación especialmente complicada con el exjefe de gobierno británico Boris Johnson.
"Pese al Brexit, porque lo que nos une viene de tan lejos y porque usted está hoy aquí, majestad, sé que juntos seguiremos escribiendo parte del futuro de nuestro continente", dijo el presidente, para quien la visita de Carlos III es un "homenaje" al pasado de ambos países y "una garantía de futuro".
Los dos países deben festejar además en abril los 120 años de la "Entente Cordiale", que puso fin a siglos de conflictos entre ambos.
La visita de Carlos III, que intenta asentar su imagen internacional, continuará el jueves con un discurso ante el Senado, una visita a las catedrales de Saint Denis, al norte de París, y de Notre Dame, así como actos consagrados a los Juegos Olímpicos de 2024 y al cambio climático.