ESTADOS UNIDOS/terrorismo
Silencio, lágrimas y paz en aniversario del S-11
“Para nosotros los que perdimos a seres queridos ese día, ese día no ha acabado. Todos los demás siguen con sus vidas. Hemos hallado la manera de seguir, pero para nosotros ese día sigue latente”, declaró Edward Edelman.
Desde la zona cero hasta pequeños poblados, los estadounidenses conmemoraron ayer lunes el aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre, con minutos de silencio, lágrimas en los ojos y llamados a enseñar a las nuevas generaciones sobre los trágicos acontecimientos ocurridos 22 años atrás.
“Para nosotros los que perdimos a seres queridos ese día, ese día no ha acabado. Todos los demás siguen con sus vidas. Hemos hallado la manera de seguir, pero para nosotros ese día sigue latente”, declaró Edward Edelman en el World Trade Center de Nueva York, donde rindió tributo a su cuñado fallecido, Daniel McGinley.
El presidente Joe Biden planea asistir a una ceremonia en una base militar en Anchorage, Alaska. Su visita, una parada en su viaje de regreso a Washington tras una gira por India y Vietnam, es un recuerdo de que el impacto de los ataques se sintió en cada rincón de la nación. Casi 3.000 personas murieron cuando aviones secuestrados embistieron al World Trace Center, el Pentágono y una pradera en Pensilvania, en un ataque que reestructuró la política exterior estadounidense y generó temores a nivel nacional.
un solo país, una sola nación
Ese día “fuimos un solo país, una sola nación, un solo pueblo, como debe ser. Ese fue el sentimiento: de que todos se unieron para hacer lo posible, donde sea que estábamos, para tratar de ayudar”, dijo en una entrevista la semana pasada Eddie Ferguson, jefe de bomberos del condado Goochland en Virginia.
Ese condado, mayormente rural y de 25,000 habitantes, está a más de 160 kilómetros (100 millas) del Pentágono y tres veces esa distancia con respecto a Nueva York. Pero tiene su propio monumento a las víctimas del 11 de septiembre y realiza dos eventos anuales conmemorativos: uno para honrar a los rescatistas y otro para honrar a todas las víctimas.
En la zona cero, la vicepresidenta Kamala Harris se unió a otros dignatarios en la plaza conmemorativa de los atentados. En vez de discursos de figuras políticas, la ceremonia contó con sobrevivientes que leyeron los nombres de los fallecidos, acompañados de breves mensajes personales.
Algunos incluyeron declaraciones patriotas sobre valores estadounidenses y agradecimientos a los cuerpos de rescate y a las fuerzas armadas. Uno elogió al comando SEAL de la Armada que abatió a Osama bin Laden en Pakistán en 2011. Otro hizo un llamado por la paz y la justicia. Uno reconoció las muchas vidas perdidas en la “guerra contra el terrorismo” lanzada después de los atentados. Muchos compartieron reflexiones personales sobre cómo extrañan a sus seres queridos.
“Aunque nunca nos conocimos, me siento honrado de llevar conmigo tu nombre y tu legado”, expresó Manuel João DaMota Jr., quien nació después de que su padre homónimo murió.
Jason Inoa conmemoró a su abuelo, Jorge Velazquez. Inoa, de 20 años, admitió que estaba “sumamente nervioso” al hablar en la ceremonia, pero dijo que lo hizo por su abuela, quien sufre del mal de Alzheimer.
“Lo único que ella recuerda es a su esposo”, comentó.
La primera dama Jill Biden depositó una corona de flores en el monumento conmemorativo del 11 de septiembre en el Pentágono, donde una bandera estadounidense gigante colgaba del costado del edificio, sonaban las campanas y los músicos tocaban Taps a las 9:37 de la mañana, hora en que uno de los aviones secuestrados impactó en el cuartel general militar.