Cuarto encierro de San Fermín deja tensión y peligro, con una persona corneada

Como cada mañana desde que comenzaron las fiestas de San Fermín en Pamplona (norte) el pasado día 6, miles de personas corrieron delante de los toros

"encierro" de las fiestas de San Fermín en Pamplona,

Los participantes corren delante de los toros durante el "encierro" de las fiestas de San Fermín en Pamplona, norte de España, el 10 de julio de 2023AFP

El encierro de los Sanfermines de este lunes, el cuarto de las fiestas, tuvo momentos de tensión y peligro, ya que los toros de la ganadería de Fuente Ymbro protagonizaron una carrera veloz, en la que numerosos mozos fueron arrollados y volteados, y uno resultó herido por asta de toro.

Según informa el Hospital Universitario de Navarra, hubo una persona corneada en una pierna, que fue atendida en primera instancia en la Plaza de Toros y de la que se desconoce la gravedad, y otras seis personas fueron trasladadas a ese mismo centro sanitario.

Como cada mañana desde que comenzaron las fiestas de San Fermín en Pamplona (norte) el pasado día 6, miles de personas corrieron delante de los toros, desde los corrales donde pasaron la noche las reses hasta la plaza, por el centro de la ciudad, como manda la tradición.

La carrera de hoy, que duró dos minutos y veintiún segundos, partió puntual a las 8 de la mañana de los corrales de Santo Domingo encabezada por los cabestros (toros mansos), que al poco tiempo ya habían sido superados por tres toros bravos.

Haciendo honor a su fama, los astados de Fuente Ymbro imprimieron una gran velocidad, sin permitir largas carreras de unos corredores incapaces de seguir su ritmo.

Los mayores momentos de tensión se vivieron en la conocida calle Estafeta, con dos corredores que, a escasos metros de distancia, fueron volteados por uno de los toros, y varios más a los que la manada les pasó por encima sin prestarles especial atención.

En esta calle, en la que normalmente los toros suelen rebajar su ritmo y permiten carreras más largas, los astados de hoy imprimieron un ritmo trepidante al encierro y produjeron aglomeraciones de jóvenes, conocidos como "montones", con los que los mismos animales tropezaron después, lo que alargó la duración del encierro.

En los tramos finales, ya próximos a la plaza, la manada estaba totalmente estirada, lo que permitió a los corredores intercalarse entre los animales para lograr carreras más vistosas y largas.

Un cabestro fue el primero en entrar a la Plaza, seguido de una manada dividida en tres, que no generó excesivos problemas en el ruedo.

Este 10 de julio, como es habitual, se rindió homenaje a la última víctima mortal de los encierros de San Fermín, el madrileño Daniel Gimeno, fallecido en 2009. Sus padres se acercaron hasta el tramo de Telefónica para colocar flores en el poste del vallado donde fue empitonado mortalmente. 

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