Nicaragua exige "respeto" a Boric, que denunció "la dictadura" de Ortega
En su intervención, Boric se refirió a la retirada de la nacionalidad nicaragüense
El ministro nicaragüense de Relaciones Exteriores, Denis Moncada Colindres, exigió este sábado "respeto" al presidente de Chile, Gabriel Boric, que denunció ante el plenario de la XXVIII Cumbre Iberoamericana, que se celebra en Santo Domingo, la "dictadura" del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega; y de su vicepresidenta y esposa, Rosario Murillo. "Exigimos al presidente Boric, de Chile, respeto para el Gobierno y el pueblo de Nicaragua", pidió el canciller nicaragüense, durante su intervención. Moncada Colindres, un general retirado, dijo que Boric "no debe utilizar a Nicaragua como plataforma para demostrar su traición al pueblo chileno y su entrega al imperio norteamericano y sus aliados". "Las relaciones históricas, fraternas y solidarias entre los pueblos de Chile y Nicaragua no serán rotas por su actitud antilatinoamericana y caribeña", continuó. "Presidente Boric: exigimos respeto a nuestro Estado, respeto a nuestro Gobierno, respeto al pueblo nicaragüense", insistió Moncada Colindres. En su intervención, Boric se refirió a la retirada de la nacionalidad nicaragüense a 317 opositores y críticos del presidente Ortega "que parecería no saber que la patria se lleva en el alma y en la sangre y no se quita por decreto". El presidente chileno mencionó en concreto los casos de los escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli y la histórica exguerrillera Dora María Téllez. Nicaragua ha retirado la nacionalidad a 317 nicaragüenses, además de Ramírez, Belli y Téllez, a los obispos Rolando Álvarez y Silvio Báez, al excomandante de la revolución Luis Carrión, al exvicecanciller sandinista Víctor Hugo Tinoco, a la veterana defensora de derechos humanos Vilma Núñez o al periodista Carlos Fernando Chamorro. Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión o en el exilio.