Argentina, en una inédita ola de calor combinada con sequía
Estudiantes que asisten a la escuela en trajes de baño y sandalias, vecinos que se refrescan en piscinas de plástico instaladas en las veredas y edificios enteros sin electricidad dan cuenta del verano más caluroso registrado en Argentina con temperaturas extremas y pocas lluvias, condiciones que expertos pronostican que continuarán durante el otoño.
El país sudamericano sufre esta semana la décima ola de calor desde noviembre, antes del inicio del verano. Luego de que en febrero varias localidades del centro y norte rompieron marcas diarias de temperaturas máximas y mínimas, el fenómeno climático continuó en la primera quincena de marzo con una sequía de fondo que no da tregua.
“Nunca lo viví, es como que estamos cerca del sol”, comentó Liliana Procopovich, de 64 años, sentada junto a su hija Julieta bajo la sombra de un árbol en el parque Centenario de la capital argentina, donde los últimos días la temperatura se acercó a los 40 grados centígrados. “Me pareció real, por como pega, como pica, hace daño. Venimos al parque, nos mojamos. Pero está muy difícil”.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) reportó que este es el verano más cálido desde 1961, cuando empezó la medición de temperaturas a nivel nacional. El récord anterior databa del verano 1988-1989.
En la escuela primaria Francisco Gurruchaga de Rosario –200 kilómetros al norte de Buenos Aires—, las autoridades permitieron a los alumnos asistir a clase en traje de baño y sandalias y los refrescaron con mangueras en el recreo.
“Hay que abordarlo desde el aprendizaje. Nunca vivimos algo igual y la escuela tiene que dar respuesta, es nuestra obligación interpretar lo que sucede”, dijo la directora del colegio, Mariana Sánchez, a medios locales.
El tórrido verano coincide con precipitaciones por debajo de lo normal como consecuencia del fenómeno de La Niña. Ésta ha sido la causa de una sequía excepcional en varias provincias. Solo en la región pampeana –centro de la producción agropecuaria—llovió en total este verano entre 200 y 400 milímetros por debajo de lo normal.
No obstante, el SMN aclaró en un reporte que también influyen otros factores en la circulación atmosférica “de menor escala que se alinearon en la fase donde inhiben precipitaciones y favorecen un mayor calentamiento y aumento de temperaturas, esto en concordancia con efectos del cambio climático y calentamiento global”.
En el turístico barrio de La Boca de Buenos Aires, algunos vecinos instalaron piscinas de plástico en la vereda para refrescarse, desobedeciendo las recomendaciones oficiales de uso responsable del agua por los problemas en el suministro como consecuencia de la sequía y los cortes de energía eléctrica.
Este martes más de 150.000 usuarios carecían de luz en la capital argentina, según informó el operador del servicio Edesur.
“Esto es terrorífico, se pierde mucha mercadería. Ya es insostenible, no tiene razón de ser. No se puede tener el local abierto”, lamentó Vicente Rimauro, de 60 años y dueño de un almacén de comestibles en el barrio capitalino de Caballito, uno de los más afectados por el corte eléctrico. “Van varias veces, por eso nos tuvimos que comprar grupo electrógeno”.
A una semana del inicio del otoño, no está previsto que las condiciones climáticas cambien.
Si bien los expertos pronostican un debilitamiento de La Niña, “no habrá grandes cambios y se esperan temperaturas más altas de lo normal”, informó el SMN.
“Estamos todos deseando que venga el invierno”, rogó Valeria Oliva, de 31 años, sentada en el césped de un parque junto a su pareja y el perro de ambos.