Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

Crece preocupación en Uruguay por sequía que agota reservas de agua y destruye cultivos

Embalse de Canelón Grande, Uruguay. Foto: AFP

Embalse de Canelón Grande, Uruguay. Foto: AFP

La preocupación crece día a día en Uruguay por una fuerte sequía que destruye cultivos y seca reservorios de agua destinados a las ciudades, constataron periodistas de la AFP.

El embalse de Canelón Grande, ubicado unos 61 km al norte de Montevideo en el departamento de Canelones, quedó seco al punto de que se observan las rajaduras en la tierra otrora cubierta por el agua.

Ese reservorio fue originalmente pensado para riego y se usaba también para abastecer a una de las principales infraestructuras de distribución de agua potable del país, conocida como Aguas Corrientes, que sirve a la capital Montevideo y su zona metropolitana.

Uruguay, un país de casi 3,5 millones de habitantes, tiene más de la mitad de su población concentrada en esa área urbana y suburbana.

El prosecretario general de la agencia estatal de aguas, OSE, Juan Martín Jorge, explicó a la AFP que en materia de agua potable el país atraviesa "una situación crítica, pero bajo control", gracias al uso de reservorios alternativos y camiones cisterna que solucionan el faltante en todo el país.

Uruguay tiene posibilidades incluso de recurrir al agua del río de la Plata y potabilizarla.

"No está previsto el corte de agua", enfatizó Jorge.

De todos modos, desde inicios de febrero, el gobierno emitió una prohibición de uso de agua potable para fines no prioritarios como puede ser riego de jardines ornamentales o lavado de vehículos.

En el sector agropecuario la situación es de extrema gravedad. Es "la mayor pérdida de la agropecuaria y de la economía nacional en los últimos 30 años", dijo el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, citado el lunes por el diario El Observador.

En Uruguay, un país agropecuario por excelencia, muchos cultivos que habitualmente se utilizan para obtener granos fracasaron y están siendo pastoreados (comidos) por el ganado o, en el mejor de los casos, guardados en silos como alimento de cara a un invierno que se anuncia difícil por la escasez de pastos.