Para muchas mujeres en Haití, salir de casa ya es un riesgo

Nadia acalla a una bebé de tres meses que llora envuelta en sus brazos y la besa suavemente en la frente. Tenía 19 años y no estaba lista para ser madre, pero la vida de la joven haitiana cambió el año pasado cuando caminaba a casa por las calles polvorientas de una zona controlada por pandillas en la capital de Haití.
Fue arrastrada al interior de un automóvil por varios hombres, que le vendaron los ojos y la secuestraron. Durante tres días, la golpearon, la hicieron pasar hambre y la violaron en grupo.
Meses después, supo que estaba embarazada. En un instante, se desvanecieron sus sueños de estudiar y ayudar económicamente a su familia.
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