Chile lidia con 84 incendios descontrolados tras una semana

Los siniestros forestales estallaron hace una semana en el centro sur chileno y han arrasado con más de 310.000 hectáreas y 1.180 viviendas

Las condiciones meteorológicas complicaban el miércoles el combate de 84 incendios forestales descontrolados que afectan al centro sur de Chile y que representan una amenaza inminente a la vida de las personas porque se están expandiendo.

Los siniestros forestales estallaron hace una semana en el centro sur chileno y han arrasado con más de 310.000 hectáreas y 1.180 viviendas y ocasionado lesiones variadas a poco más de 2.000 personas.

El presidente Gabriel Boric visitó al atardecer Santa Juana, en el Biobío, una comuna rural que se encuentra entre las más dañadas por los incendios. Luego de reunirse con las autoridades locales anunció que todas las familias cuyas viviendas fueron afectadas por los llamas recibirán un subsidio de libre uso que, según el nivel de daño, alcanzará a un máximo de 1.500.000 pesos (1.800 dólares).

Ademas, agregó en el Ñuble, Biobío y La Araucanía, las tres regiones declaradas en estado de catástrofe, se impondrá el toque de queda en zonas que definirán los jefes de la defensa que tomaron el control en virtud del estado de excepción constitucional. “Estimamos que es pertinente por necesitamos mayor seguridad”.

Alcades de varias comunas habían solitado el toque de queda para que los pobladores que deban abandonar por prevención sus viviendas lo hagan sin temor a que sus pertenencias sean robadas.

Los siniestros aumentaron el miércoles, al igual que las localidades evacuadas. La ministra del Interior, Carolina Tohá, estimó que los incendios activos en el país son 311 --10 más que el martes—de los cuales 180 están controlados y 84 están fuera de control --15 más que en la víspera-- y se están expandiendo.

Agregó que “estamos entrando en esta parte de la semana que es la más compleja”, entre el miércoles y el viernes, debido a una nueva ola de calor pronosticada por la Dirección Meteorológica de Chile.

Uno de los incendios se acercó peligrosamente a una veintena de viviendas de madera del poblado El Águila, en el Biobío, 600 kilómetros al sur de la capital chilena, y sus habitantes recibieron en sus celulares la orden de evacuar. El siniestro estalló en la víspera y sus pobladores cargaron colchones, cocinas, ropa y todo lo que cupo en sus pequeños vehículos con anticipación, pero muchos se resistían a dejar sus viviendas.

Siete de las 16 regiones chilenas están bajo una alerta preventiva porque las altas temperaturas aumentan el riesgo de incendios forestales. Los pronósticos indican que el jueves el calor bordeará los 37 grados Celcius. Entre ellas están Ñuble y Biobío, las más afectadas por los siniestros y el área donde se ubica la capital.

Tohá rectificó la cifra de fallecidos e informó que son 24, dos menos de los 26 muertos de los que informó el lunes por el gobierno. Precisó que el error se debió a que un par de personas fallecidas fueron contadas dos veces.

En las zonas bajo fuego predominan las actividades forestal, agrícola y ganadera, y los daños, por ahora, son incalculables.

El país sudamericano ha recibido ayuda de varios países de la región y de Europa para combatir las llamas. El miércoles se sumaron 150 brigadistas mexicanos que se unieron a igual cantidad de sus compatriotas que están en terreno desde comienzos de semana, al igual que 65 argentinos y 50 españoles.

Tohá indicó que el jueves se sumarán 75 bomberos provenientes de Colombia y Venezuela. Y que hay conversaciones con Portugal, mientras Francia informó que enviará 80 hombres.

Uno de los que colabora en el combate de las llamas es el español Felipe Bru, piloto de helicópteros, quien denunció que en la víspera el dueño de una casona en el Biobío, le impidió a él y a otros dos pilotos abastecerse de agua de su piscina. “Hay gente que nos están poniendo señales para que no cojamos agua de ahí”, relató. Añadió que el “acto incívico” retardó las recargas de agua para lanzar a las gigantescas llamas en Yumbel, 490 kilómetros al sur de Santiago.

Consultada por el hecho, Tohá respondió esta jornada que el estado de catástrofe vigente por los incendios permite requisar todos los bienes necesarios para combatirlos “y eso es lo que vamos a hacer”.

Un niño que se identificó como Daniel Sandoval subió a redes sociales una fotografía suya sosteniendo un cartel que dice “aquí agua de piscina, bajar”, que se hizo viral.

Sin embargo, la tragedias también afloran lo bueno de las personas. En Renaico, distante 560 kilómetros de Santiago, algunos vecinos y una veterinaria unieron fuerzas para ayudar a animales quemados. La técnica paramédico Claudia Sanhueza contó a The Associated Press que han curado gatos, perros, vacas y chivos, entre otros. También han limpiado los ojos irritados de los bomberos que trabajan en la zona.

Declaró que “hay gente que no pensó en sus mascotas”, cuando sus dueños debieron acatar una orden de evacuación preventiva.

Algunas de las mayores esperanzas en el control del fuego estaban centradas en el avión estadounidense Ten Tanker, que con cada descarga deja caer 36.000 litros de agua sobre las llamas, pero el martes sufrió un desperfecto en una de sus válvulas. La pieza está en vuelo desde Estados Unidos con lo que la aeronave no estará operativa antes del sábado, informó la Corporación Nacional Forestal.

Tohá desdramatizó la situación porque, añadió, en el país hay una flota de 122 aviones dedicados al combate de los incendios, de los cuales 107 están operando en el centro sur.

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