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Oso polar mata a mujer y a su bebé en un pueblo de Alaska

En esta fotografía del 15 de junio de 2014 publicada por el Servicio Geológico de Estados Unidos un oso polar camina tras nadar en el mar Chukchi, en Alaska.

Foto: Brian Battaile/Servicio Geológico de Estados Unidos vía AP.

En esta fotografía del 15 de junio de 2014 publicada por el Servicio Geológico de Estados Unidos un oso polar camina tras nadar en el mar Chukchi, en Alaska. Foto: Brian Battaile/Servicio Geológico de Estados Unidos vía AP.

Un oso polar persiguió a varios residentes en un pequeño y aislado pueblo ballenero de Alaska, matando a una mujer y a su bebé de 1 año en un ataque extremadamente inusual, antes de que otro miembro de la comunidad matara al oso a tiros, según las autoridades.

El ataque fatal, el primero en Alaska en más de 30 años, ocurrió el martes cerca de la entrada principal de la escuela de Wales, una aislada comunidad costera en el Estrecho de Bering, en el extremo occidental de Alaska — a unos 80 kilómetros (50 millas) de Rusia —, donde es habitual coexistir con los osos polares.

Los directivos de la escuela se apresuraron a meter a todas las personas al edificio después de que vieran al oso polar, dijo la administradora principal del distrito escolar del Estrecho de Bering, Susan Nedza, en declaraciones al Anchorage Daily News desde su oficina en Unalakleet.

“El oso intentó entrar con ellos”, relató Nedza, pero la directora Dawn Hendrickson “azotó la puerta” para mantenerlo fuera.

“Es aterrador. No es algo para lo que estés preparado”, dijo Nedza, quien no devolvió el miércoles los mensajes de The Associated Press.

Los funcionarios del distrito escolar bajaron las persianas de la escuela y cerraron el edificio. Finalmente pudieron correr la voz de que necesitaban que alguien “se encargara del oso”.

La Patrulla Estatal de Alaska identificó a las víctimas como Summer Myomick, de 24 años, de Saint Michael, y a su hijo Clyde Ongtowasruk, de 1 año.

The Associated Press se puso en contacto el miércoles con los padres de Myomick, quienes se negaron a ser entrevistados.

“Son momentos muy, muy tristes para Saint Michael y Wales”, dijo Virginia Washington, la administradora de la ciudad de Saint Michael, quien agregó que Myomick pasaba tiempo en las dos comunidades.

“Era una joven muy dulce, era muy responsable”, comentó Washington.

Como muchas aldeas remotas de Alaska, esta comunidad de unos 150 habitantes en Wales, predominantemente indígenas inupiaq, organiza patrullas cuando se espera la llegada de los osos, de diciembre a mayo, dijo Geoff York, director sénior de conservación de Polar Bear International. El último encuentro mortal con un oso polar en Alaska había sido en 1990.

El mal clima y la falta de luces de aterrizaje en la pista del aeródromo de Wales evitaron que los agentes de policía y funcionarios de vida silvestre llegaran el martes a Wales después del ataque. El miércoles se realizaban nuevos intentos.

Cuando se le pidió que describiera el ambiente del miércoles en Wales, Hendrickson, lo calificó de “traumático”. Las clases se cancelaron un día después del ataque. “Los estudiantes están con sus familias”, comentó. La escuela puso asesores a disposición de los alumnos.

Añadió que no se han dado a conocer arreglos para los funerales de las víctimas. “Por el momento no hay nada... Seguimos en la fase inicial”, comentó Hendrickson, quien habló con AP a primera hora del día pero no detalló sobre el intento del oso polar por ingresar a la escuela.

No está claro si este ataque estaba relacionado con el cambio climático, pero es coherente con lo que se espera a medida que el Ártico sigue calentándose cuatro veces más rápido que el resto de la Tierra, cambiando el ecosistema de formas que aún no se comprenden del todo, indicó York.

Sin embargo, este oso en particular es miembro de una población que está bastante bien, comentó Andrew Derocher, profesor de ciencias biológicas de la Universidad de Alberta y experto en osos polares.

En 2019, científicos de Alaska del Servicio Geológico de Estados Unidos encontraron que cambios en el hábitat de hielo marino coincidían con evidencia de un uso más frecuente de tierra firme por parte de los osos polares, incrementando las posibilidades de un encuentro.

Los osos polares son la especie de oso más grande, según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos. Los machos pueden pesar más de 770 kilos (1.700 libras), pero normalmente pesan entre 270 y 545 kilos (600 y 1.200 libras) y alcanzan los 3 metros (10 pies) de longitud. Las hembras pesan entre 180 y 317 kilogramos (400 y 700 libras). Los osos polares suelen alimentarse de focas, pero también de morsas y belugas.

Los osos polares están en la cima de la cadena alimentaria y ven a los humanos como una fuente de alimento, dijo York. Los encuentros mortales con osos polares suelen implicar a machos que están hambrientos todo el tiempo, o a osos mayores que están heridos o enfermos y tienen dificultades para ingerir suficientes calorías, escribió en un informe.

“Es más probable que estos dos tipos de osos se arriesguen, como lo que vimos aquí en Wales”, comentó York.

A diferencia de los osos pardos o negros, los osos polares no hibernan. Sólo las hembras preñadas entran en cubiles de nieve, y eso sólo para reproducirse.

Todos los demás osos polares están en el exterior, normalmente en el hielo marino, donde sus presas están disponibles todo el año.

Joseph Jessup McDermott, director ejecutivo del Consejo de Gestión Compartida Nannut de Alaska, que representa a las tribus que han cazado osos polares para subsistir, dijo que la patrulla antiosos en Wales “no se encuentra activa por el momento” debido a que “prácticamente perdió los fondos que tenía”. La organización ha estado colaborando con World Wildlife Fund y otros aliados para restaurar el programa, comentó McDermott.

Además de ser parte del programa de patrullaje de osos, York dijo que Wales ha tomado otras medidas para mantener a los osos polares fuera de la comunidad.

El oso es de una población en el Mar de Chukotka que se encuentra bastante bien pese al cambio climático, dijo Derocher. Eso significa que el ataque pudo ser resultado de que el oso se sintió atraído por elementos como comida o basura.

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