En medio del caos en Brasil, las redes sociales muestran un Bolsonaro "tranquilo" en Florida
Previo a viajar hacia Estados Unidos, Bolsonaro rompió el casi absoluto silencio que mantuvo desde las elecciones de octubre pasado
El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro permanece en Florida (EE.UU.) sin que se tengan noticias precisas de él, salvo videos y fotos compartidas en redes sociales donde se le ve sosegado, mientras seguidores suyos invadieron este domingo la sede del Congreso Nacional, así como las sedes del Tribunal Supremo y el palacio de Planalto, sede del Ejecutivo.
Bolsonaro, que evadió la ceremonia de investidura de su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva, celebrada el 1 de enero pasado, ya visitó Florida en 2020 y en esa ocasión se alojó en el club Mar-a-Lago del expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021), en Palm Beach.
En esta nueva visita, se ha visto en las redes sociales compartiendo con seguidores suyos en la ciudad de Orlando, en el centro del sureño estado.
Bolsonaro partió hacia Florida en el avión presidencial, poco después de dirigirse a sus seguidores y pedir una dura oposición al próximo Gobierno, y aterrizó de noche en Orlando.
Previo a viajar hacia Estados Unidos, Bolsonaro rompió el casi absoluto silencio que mantuvo desde las elecciones de octubre pasado, pero no hizo alusión alguna a su intención de dejar el país antes de la toma de posesión del presidente electo.
Varios videos cargados en Twitter lo muestran caminando por las calles de un condominio de casas en Orlando saludando a personas que se le acercan para tomarse fotos con él.
Según las mismas fuentes se está hospedando en una casa del deportista brasileño José Aldo da Silva, luchador de artes Marciales Mixtas (MMA), quien ha sido uno de sus aliados.
Un video del exmandatario brasileño caminando por un supermercado de la cadena Publix, los más usuales supermercados de Florida, lo muestra caminando por el establecimiento aparentemente solo y sin una cesta de la compra.
Este video fue compartido en Twitter por el periodista y escritor estadounidense Jonathan L. Krohn el pasado 5 de enero.
"Esa es la mirada de un floridano recién llegado que intenta decidir si debe tomar un 'pub sub' antes de pagar", comentó el periodista y añadió:
"Ojalá supiera la fuente original de esto. Fue enviado por un amigo que tampoco sabía quién era. Ojalá supiera qué Publix era este también".
David Adler, coordinador General de la organización Progressive International, compartió también en Twitter el 2 de enero una foto donde se ve a Bolsonaro comiendo en un conocido comercio de comida rápida estadounidense.
"Pagaré una gran comisión por una pintura de esta fotografía del expresidente brasileño caído en desgracia Jair Bolsonaro comiendo KFC en Orlando, Florida, el día de la investidura de Lula", comentó Adler.
En escenas parecidas a la toma del Capitolio por seguidores de Trump, en enero de 2021, centenares de seguidores de Bolsonaro invadieron hoy la sede del Congreso Nacional y, sucesivamente, hicieron lo mismo con las sedes del Tribunal Supremo y el palacio de Planalto, sede del Ejecutivo.
Lula, que asumió la Presidencia de Brasil el pasado 1 de enero, se encuentra este fin de semana de viaje en la ciudad de Araraquara, en Sao Paulo.
Los radicales, que defienden tesis golpistas, sobrepasaron una barrera policial y se dirigieron a la plaza de los Tres Poderes, donde se encuentran la sede del Ejecutivo, Legislativo y Judicial. En los tres edificios rompieron los vidrios y causaron daños en el interior de las sedes de los edificios.
Centenares de bolsonaristas radicales están acampados frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia, desde el día posterior a las elecciones del pasado 30 de octubre, en las que Lula derrotó a Bolsonaro.
Tanto Bolsonaro como Trump, se han rehusado a reconocer la victoria de sus contendientes presidenciales, Lula y el presidente Joe Biden, respectivamente.
Trump tampoco acudió a la ceremonia de investidura del demócrata Biden en enero de 2021 y prefirió refugiarse también en Florida, en su club costero de Mar-a-Lago.
Ambos fueron aliados políticos durante sus mandatos y sostuvieron en marzo de 2020 reuniones en el club Mar-a-Lago, demostrando así su afinidad no solo en sus políticas y su nacionalismo a ultranza sino en el estilo y la manera de comportarse.