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Las serpientes hembra tienen un clítoris, que refuerza sus posibilidades de reproducción

Las serpientes hembra tienen un clítoris, como muchas otras especies animales, según un estudio científico publicado este miércoles que destaca que ese diminuto órgano juega un papel esencial para mejorar sus posibilidades de reproducción.

El informe, dirigido por Megan Folwell, estudiante de doctorado de la universidad australiana de Adelaida, analiza diez especímenes adultos pertenecientes a nueve especies distintas, desde la serpiente pitón al mocasín de agua, una serpiente semiacuática que se halla en costas del Golfo de México.

En todos ellos aparece claramente identificado un pequeño órgano, de apenas unos milímetros, situado en la cola de las hembras, debajo de la piel y compuesto de dos protuberancias separadas longitudinalmente.

Ese clítoris, de entre uno y siete milímetros, se hincha durante el acto sexual. Cuenta con numerosas terminaciones nerviosas, lo que demostraría que "su estimulación provoca una respuesta sensorial" del animal, explica el estudio.

El clítoris de las serpientes está situada cerca del órgano genital femenino, en un lugar donde la piel es más fina.

Durante el acoplamiento, las colas de esos animales se enredan y los cuerpos se restregan, lo que provoca "una estimulación" del clítoris.

Cuanto más prolongada es esa actividad sexual, más posibilidades hay de reproducción.

El placer es "sin ninguna duda una parte importante de la reproducción", según Megan Holwell.

En la serpiente hembra la estimulación del clítoris podría aportar una "relajación muscular, una lubrificación que evita los daños que pueden provocar los hemipenes, provistos de espinas, de los machos", explicó.

- Aparato genital "ostensiblemente ignorado" -

En todo caso, "el aparato genital femenino es ostensiblemente ignorado en comparación con el de los machos", asegura el estudio, publicado en los Proceedings B de la Royal Society británica.

El órgano sexual masculino de los animales escamosos (Squamata), es decir, los reptiles que mudan de piel, ha sido estudiado durante largo tiempo.

En particular el hemipene (doble) del varano, analizado en detalle por los zoologistas.

En cambio, el descubrimiento del hemiclítoris de la hembra del varano no se produjo hasta 1995, cuando lo anunció el herpetólogo alemán Wolfgang Böhme.

Durante mucho tiempo, la literatura científica confundió ese diminuto órgano con el hemipene de los machos, o con glándulas odoríferas.

Incluso se creyó, al ser anunciado el descubrimiento, que ese hemiclítoris servía para estimular el órgano masculino.

Megan Holwell asegura que es comprensible que haya sido ignorado durante tanto tiempo, por su difícil localización, pero de todas formas, el tema "es un poco tabú", como todo lo que concierne el aparato genital femenino.

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