Cambian prioridades de nuevos latinos en EEUU

Mentalidad diferente. La familia antes era prioridad, pero ahora es trabajar y tener menos hijos, porque alegan que tener hijos puede esperar.

El presidente francés Emmanuel Macron comparte una copa con empresarios durante una visita para celebrar la reapertura de las actividades culturales. en Nevers. AP

El presidente francés Emmanuel Macron comparte una copa con empresarios durante una visita para celebrar la reapertura de las actividades culturales. en Nevers. AP

La familia era prioridad para la mexicana Brenda Jasso cuando emigró a Estados Unidos. A los 25 años esperaba el segundo de sus tres hijos. Para su primogénita a la misma edad, la prioridad es trabajar. La familia puede esperar.

En momentos en que la población mundial se acerca a los 8.000 millones de personas, más gente elige, o se ve obligada, a emigrar en busca de oportunidades. Una decisión que termina alterando las prioridades familiares.

Nacida en México pero criada en Los Ángeles, Citlali de La Rosa cree que la experiencia como hija de padres migrantes en un país del primer mundo la moldeó convirtiéndola en una mujer orientada al crecimiento profesional, para quien la idea de una familia grande está pasada de moda y es incompatible con la realidad.

El cambio del patrón demográfico es, para ella, una marca de su generación.

Los jardines de su calle en El Monte, el suburbio de Los Ángeles donde se crió, ya no están plagados de niños jugando como en su infancia. En las aceras no se ven mujeres con coches de bebé como en el pasado. La escuela del vecindario cerró por falta de niños.

“Ninguna de las vecinas aquí con las que crecí ha tenido hijos”, dice De La Rosa.

“Si mi carga de trabajo son más de 50 horas a la semana, ¿qué tiempo le voy a dar a un bebé?”, comenta, mientras su madre al lado remata: “¡Yo tampoco tenía tiempo!”.

El diálogo entre madre hija en materia de familia es casi un duelo lírico.

Mientras De La Rosa insiste en su aspiración profesional, su madre presiona “con uno que tengas...”. Pero la primogénita le agrega un nuevo significado al concepto de familia: “Las empresas son mis bebés”.

Brenda Jasso emigró a Estados Unidos en los años 1990, cuando su hija tenía tres años. Su marido decidió dejar su natal Nayarith para probar suerte en el primer mundo, y Jasso, sin estar convencida, le siguió “para no separar a la familia”.

Se repartieron en varios empleos y aumentaron la prole con dos hijos que De La Rosa comenzó a cuidar desde adolescente mientras sus padres trabajaban en el sector de limpieza.

Sepa más

Cambios.

“Fue algo que me hizo reflexionar que yo no quería esa vida. Yo no quería pasar tiempo fuera de mis hijos. Mis papás trabajaban mucho entonces no teníamos esa calidad de vida”, dice en espanglish De la Rosa, quien vive con su novio y no descarta tener “un único hijo” a futuro. “Pero no me veo teniendo una familia grande, menos en el estado