Día de Muertos en Bolivia: Panes, rezos y música para recibir a las almas de los difuntos
La creencia señala que las almas de los difuntos llegan de visita al mediodía del 1 de noviembre y permanecen en el plano terrenal durante 24 horas
Los bolivianos recibieron este martes las almas de sus difuntos con las llamadas mesas o altares repletos de panes, dulces, bebida y comida instalados en casas particulares e incluso en algunas instituciones públicas donde también hubo rezos y música por la festividad de Todos los Santos.
La creencia señala que las almas de los difuntos llegan de visita al mediodía del 1 de noviembre y permanecen en el plano terrenal durante 24 horas.
Para recibirlas, sus familiares y amigos preparan mesas o altares con la comida y bebida favoritas de los difuntos, como el que fue armado en la Estación Central del teleférico de La Paz, con el marco musical de una "pinkillada", un son autóctono del Altiplano boliviano interpretado con pinkillos o flautas andinas y un tambor.
"En cada región de nuestro país irá cambiando de cierta manera la mesa, pero el objetivo y la idea central es la misma, recibir con el cariño y el aprecio que siempre hemos tenido a nuestros familiares porque nos están viniendo a visitar", dijo Yurema Callisaya, una funcionaria del teleférico que explicó a los asistentes sobre esta tradición ancestral.
Callisaya recordó que la fiesta andina del Wiñay Pacha o el reencuentro con los ancestros coincide con la festividad católica de Todos los Santos y que la representación de las mesas para recibir a los difuntos muestran esa "simbiosis" entre ambas creencias.
Entre los elementos más importantes que se colocan en los altares, mencionó a las tantawawas, los panes antropomórficos que representan a los difuntos, y otros panes con forma de escalera que ayudan a las almas a descender y subir al cielo.
Otros panes representan la corona de Jesucristo y también hay unos con formas de caballos y llamas que facilitan el tránsito de las almas y les ayudan a llevarse las ofrendas que les dieron sus familiares, explicó Callisaya.
También están los bizcochos, unas piezas rectangulares hechas con huevos, azúcar y harina que emulan al ataúd de los difuntos, las cañas de azúcar a modo de bastones para los mayores y las cebollas para que no les falte el agua en su tránsito.
Las almas de los niños están representadas por dulces y suspiros o merengones, y no pueden faltar las velas "para iluminarles el camino", agregó.
TRADICIÓN JAPONESA
La gerencia del teleférico invitó a la Agencia Internacional de Cooperación del Japón (JICA) a participar en la celebración con un altar como los que se colocan en la festividad nipona del Obon, que honra a los difuntos.
Esta celebración en Japón se lleva adelante entre el 13 y 15 de agosto, cuando se cree que los espíritus de los fallecidos visitan la tierra, explicó a EFE el director de JICA en Bolivia, Keisuke Ito. Ito mostró algunos elementos que forman parte del altar japonés, como el pepino y la berenjena, a los que les colocan palillos de madera a modo de patas para emular al caballo y la vaca, respectivamente.
"El caballo, para que los difuntos puedan volver a la tierra rápido", mientras que la vaca les ayuda a retornar lentamente al cielo y a llevar consigo las ofrendas de sus familiares, explicó.
Otros elementos importantes son el ohagi, una bola dulce de arroz o de poroto, y el kiku o crisantemo blanco, ambos colocados "para evitar que vengan los demonios" junto con las almas. También se coloca el incienso que ayuda a los difuntos a percibir los aromas y mediante el humo se comunican con sus seres queridos en la tierra, añadió.
Al igual que en Bolivia, en los altares japoneses también se ofrece la comida que les gustaba a los difuntos.
Ito destacó que hay "algo de afinidad" entre las tradiciones de Bolivia y Japón, y resaltó la importancia de recordar estas costumbres y respetarlas, en lo que coincidió el gerente de Mi Teleférico, Sergio Choque.
"Hemos visto que la cultura japonesa se asemeja un poco a nuestra cultura boliviana. En estas fechas a nivel mundial cada país recuerda a sus seres queridos de distinta manera", manifestó.
Choque destacó que el altar armado en el teleférico fue para honrar a los trabajadores de esa empresa que fallecieron y también a las víctimas de la crisis social y política de 2019 en Bolivia, además de quienes han "ofrendado su vida en la defensa de la democracia" en tiempos de las dictaduras militares, entre otros.