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Haití

Empresas de combutible proponen un corredor humanitario en Haití

Un paso de alivio. Para hacer más efectiva su sugerencia, estas companías, que regentan sus operaciones en la capital, Puerto Príncipe, sugieren que este corredor sea “aceptado y respetado por todos los haitianos”.

Desde que fue eliminado el subsidio a los combustibles, que disparó el precio de todos los tipos de gasolina, el costo de los alimentos siguió igual camino, empujando a la gente a protestas callejeras.

Guillermo PérezSanto Domingo, RD

Las empresas West Indies Energy Co. SA(Wineco) y Terminal Varreux SA, operantes del negocio de combustible en Puerto Principie, Haití, propusieron el establecimiento de un corredor humanitario que facilite el abastecimiento a los hospitales, centros de tratamiento de agua y de telecomunicaciones.

Para hacer esto más efectivo, sugieren que este corredor sea “aceptado y respetado por todos los haitianos”.

La sugerencia de ambas compañías fue hecha pública a través de un mensaje colgado en la red social Twitter.

Ya antes, la terminal Varreux había solicitado el desbloqueo de su entrada.

Para esa ocasión, indicó que “las barricadas erigidas y las trincheras cavadas alrededor de la Terminal Varreux hacen que el acceso a los operadores, empleados y camiones sea inaccesible”.

Además, agregó, la West Indies Energy Co. SA(Wineco) “no puede realizar ninguna carga de productos derivados del petróleo, en espera de una normalización de la situación”.

Los haitianos han vivido largos periodos de inestabilidad social y política, pero esta vez, desde hace poco más de un mes, ha adquirido un matiz más peligroso a partir de cuando el asediado primer ministro, Ariel Henry, anunció la eliminación de los subsidios al combustible, generando seguido una escalada incontenible de precios de los derivados del petróleo.

Entre reclamos de la derogación de esa medida, la población se lanzó a las calles, situación que fue aprovechada por las bandas armadas que estuvieron al frente de secuestros, asesinatos y saqueos de instituciones nacionales y entes extranjeros.

Agitación y bloqueos

Siguiendo este camino de agitación, los manifestantes bloquearon carreteras y colocaron barricadas e incendiaron neumáticos en las vías públicas.

Fue ese el momento clave para uno de los líderes más temibles en el mundo del pandillerismo haitiano, Jimmy Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”, un diminuto expolicía de 46 años de edad que ha desafiado abiertamente al gobierno de Henry.

Armado “hasta los dientes”, “Barbecue” convoco a su pandilla y se fue a la Terminal Varreux, donde dragó trincheras con equipos pesados y formo una muralla de bloqueo al acceso al área de combustible más grande del país. Desde entonces, este hombre ha permanecido allí, desde donde ha jurado no dar marcha atrás hasta ver realidad sus propósitos, ahora convertido en sus consignas de guerra: baja del precio de los combustibles y la renuncia de Ariel Henry.

Desde hace algún tiempo, el país ha estado experimentando una escasez de combustible. La situación ha empeorado desde la eliminación del subsidio a los combustibles y, seguido a esto, la suba de los precios.

A todo esto se agrega el grave problema del aumento del costo de vida.

El bloqueo en la terminal de Varreux ha causado que empresas hayan reducido el número de horas y días de trabajo o el paro de operaciones. Tales son los casos de las compañías Caribbean Bottling Company, la embotelladora de agua Culligan, y el Servicio de Ambulancia (SAM).

Datos

Las protestas

La primera ronda de protestas a mediados de septiembre llevó a Francia y España a cerrar sus embajadas y bancos en la capital, Puerto Príncipe.

Los manifestantes atacaron negocios, casas de conocidos políticos e incluso almacenes del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, robando alimentos y agua por valor de millones de dólares.

Desde entonces, las protestas se han hecho más grandes. Decenas de miles de personas marcharon recientemente en Port-au-Prince y más allá, incluidas las ciudades de Gonaives y Cap-Haitien en el norte. Agitaron ramas verdes frondosas y corearon: “¡Ariel tiene que irse!”.