Ian azota Carolina del Sur; aumenta saldo letal en Florida
Un reanimado huracán Ian azotó la costa de Carolina del Sur el viernes, desbaratando muelles e inundando calles luego de haber causado daños catastróficos en Florida, donde dejó a miles de personas atrapadas en sus casas y al menos 17 muertos.
El Departamento de Policía de Florida indicó que entre los fallecidos estaba una mujer de 22 años que salió disparada de un vehículo todoterreno que se volcó el viernes debido a una brecha que se abrió en un camino, y un hombre de 71 años que perdió la vida debido a lesiones en la cabeza que sufrió tras caer de un techo mientras instalaba contraventanas. Muchos de los otros fallecimientos fueron por ahogamiento, incluyendo el de una mujer de 68 años que fue arrastrada al océano por una ola.
Otras tres personas murieron en Cuba esta semana luego de que Ian azotó la isla en su ruta hacia el norte. Se prevé que la cifra de muertes se incremente sustancialmente una vez que las autoridades tengan oportunidad de buscar en muchas de las áreas más afectadas.
El vórtice de Ian tocó tierra cerca de Georgetown, Carolina del Sur, con vientos mucho más débiles a los que tenía cuando cruzó Florida como una de las tormentas más intensas que haya azotado Estados Unidos. Mientras Ian avanzaba por Carolina del Sur, se convirtió en un ciclón postropical.
Las lluvias de Ian provocaron inundaciones en muchas áreas de la península de Charleston, donde se encuentra el centro de la ciudad. Partes de cuatro muelles, incluyendo dos en la localidad turística de Myrtle Beach, se desplomaron bajo la fuerza de las olas y fueron arrastrados por el agua. Cámaras en internet mostraban cómo el agua de mar llenaba vecindarios en Garden City al nivel de las pantorrillas.
Ian dejó una estela de destrucción en Florida, inundando áreas en sus dos costas, arrancando viviendas de sus cimientos, destruyendo negocios ubicados frente a las playas y dejando a más de 2 millones de personas sin energía eléctrica.
El gobernador Ron DeSantis dijo que los rescatistas habían efectuado visitas casa por casa a más de 3.000 viviendas en las áreas más afectadas.
“Realmente se ha efectuado una labor titánica”, dijo en una conferencia de prensa en Tallahassee.
Las autoridades temen que la cifra de muertos pueda elevarse significativamente, dada la amplitud del territorio alcanzado por la tormenta.
Entre los muertos están una mujer de 80 años y un hombre de 94 que requerían oxigenadores que dejaron de funcionar debido a los apagones, y un hombre de 67 años que aguardaba a ser rescatado y cayó al agua acumulada en el interior de su vivienda.
El director de la División de Gestión de Emergencias de Florida, Kevin Guthrie, dijo que los socorristas se han centrado hasta ahora en búsquedas “rápidas”, destinadas a rescates de emergencia y evaluaciones iniciales, a las que seguirán otras dos oleadas de búsquedas. Los primeros socorristas que se encuentran con posibles restos los dejan sin confirmar, dijo el viernes, y describió el caso de una vivienda sumergida.
“El agua estaba por encima del techo, así es, pero hicimos que un nadador de rescate de la Guardia Costera ingresara nadando y pudo identificar lo que parecían ser restos humanos. No sabemos exactamente cúantos eran”, señaló Guthrie.
Desesperados por localizar y rescatar a sus seres queridos, usuarios de redes sociales compartieron en línea números telefónicos, domicilios y fotografías de sus familiares y amigos en caso de que alguien pueda ver cómo están.
Los residentes de Orlando volvieron a sus casas inundadas el viernes, arremangándose los pantalones para vadear el agua fangosa que cubría las calles y les llegaba a la rodilla. Amigos de Ramón Rodríguez dejaron hielo, agua embotellada y café caliente a la entrada de su subdivisión, donde 10 de las 50 casas estaban inundadas y la calle parecía un lago. No tenía electricidad ni comida en su casa, y su coche estaba cubierto por el agua.
“Hay agua por todas partes”, comentó Rodríguez. “La situación aquí es bastante mala”.
La devastadora marejada ciclónica destruyó muchas viviendas viejas en la isla de Sanibel, Florida. Los edificios en condominio más elevados estaban intactos, pero con la planta baja destruida. Había árboles y postes tirados por todas partes.