Médico militar y su esposa, acusados en Estados Unidos por tramar pasar datos a Rusia
Supuestamente, la pareja proporcionó información sobre la salud de individuos a una agente del FBI que se hizo pasar por empleada del Gobierno ruso
Un médico del Ejército de Estados Unidos y su esposa fueron imputados por supuestamente haber tramado proporcionar a Moscú los registros sanitarios de miembros del Gobierno y de las Fuerzas Armadas estadounidenses, según el escrito de acusación hecho público este jueves.
La pareja fue arrestada este jueves y acusada ante la corte federal del Distrito de Maryland (EE.UU.).
De acuerdo con escritos judiciales, el médico de las Fuerzas Armadas, el mayor Jamie Lee Henry, y su esposa, la anestesista Anna Gabrielian, supuestamente proporcionaron información sobre la salud de individuos, algo que está protegido bajo la ley federal, a una agente del FBI que se hizo pasar por empleada del Gobierno ruso.
Esa agente encubierta se reunió en agosto pasado con Gabrielian, que de acuerdo al canal ABC News trabajaba para la prestigiosa institución Johns Hopkins, en un hotel de Baltimore y le dijo que quería ayudar "motivada por su patriotismo hacia Rusia".
De hecho, la anestesista afirmó que había intentado comunicarse con la embajada de Rusia en EE.UU. por teléfono y correo electrónico para ofrecerse junto a su marido para colaborar.
Además, aseguró a la agente que su esposo podía pasar datos sobre cómo las fuerzas estadounidenses crean hospitales en los conflictos y acerca del entrenamiento castrense que EE.UU. proporciona a Ucrania.
Por su parte, Henry, que contaba con una acreditación de seguridad intermedia, lo que le daba acceso a información privilegiada, pero peligrosa si caía en las manos equivocadas, mantuvo un encuentro por separado con la agente, a la que le reconoció que había sopesado unirse como voluntario a las Fuerzas Armadas rusas tras el inicio de la guerra en Ucrania.
Tanto Gabrielian como Henry indicaron a la oficial del FBI que podrían suministrarle información médica de miembros de las fuerzas armadas de EE. UU. y de sus familias en Fort Bragg, donde él estaba destinado como internista, así como de la institución médica donde la mujer trabajaba en Baltimore.
De hecho, el mayor entregó a la agente encubierta los registros sanitarios de un oficial del Ejército estadounidense, de un empleado del Departamento de Defensa y de las esposas de tres veteranos.
Gabrielian llegó a hacer planes para huir a Turquía con su marido e hijos en caso de que sus acciones o las de su esposo quedaran al descubierto.
"No quiero acabar en la cárcel aquí con mis hijos siendo rehenes sobre mi cabeza", indicó la anestesista a la agente.