Petro se desplaza hasta el lugar de la emboscada que deja 8 policías muertos

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se desplazó a la ciudad de Neiva, en el departamento del Huila (suroeste), donde fueron asesinados este viernes ocho policías en una emboscada para instalar un puesto de mando unificado y liderar las acciones de seguridad.

Petro se dirige al Huila para "ponerse al frente de la situación", indicó la Presidencia colombiana en un comunicado, en el que detalló que el mandatario dio indicación "a los ministros de Defensa (Iván Velásquez), del Interior (Alfonso Prada) y al director general de la Policía Nacional (mayor general Henry Sanabria Cely) de instalar un puesto de mando unificado".

Esto con el fin de "tomar decisiones urgentes frente al ataque", mientras que también se desplazará hasta el municipio una comisión especial de investigación de la Fiscalía para esclarecer los hechos.

Precisamente, el encargado de Interior consideró que el atentado "es un hecho lamentable que el Gobierno rechaza de manera contundente y enérgica".

"Toda mi solidaridad con sus familiares. El único camino para superar estos hechos dolorosos es La Paz Total", indicó en sus redes sociales.

Un mensaje similar compartió el ministro de Defensa, quien añadió que "las Fuerzas Armadas deben responder con contundencia a este ataque a la paz".

El rechazó ha sido unánime por parte de todos los ministros del gabinete de Petro y de organizaciones internacionales, como de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, quien hizo un "llamado urgente por el respeto de la vida".

EL ATAQUE

El ataque, cuyos autores no han sido identificados, tuvo lugar en las afueras de San Luis, un caserío que hace parte de la zona rural de Neiva, la capital de Huila, según las autoridades.

Al parecer, los policías iban de regreso a la comisaría a la que estaban adscritos tras una jornada de trabajo en el corregimiento de San Luis cuando fue activado un campo minado al paso de la camioneta en la que se transportaban.

Tras la explosión, los uniformados fueron atacados con ráfagas de fusil, según la información recopilada por medios locales.

Se trata del primer ataque contra la fuerza pública desde que Petro llegó al poder, cuando se paralizaron las ofensivas contra la fuerza pública mediante el llamado "plan pistola" impulsado principalmente por la banda criminal del Clan del Golfo.